DIAGNÓSTICO FINAL: Rotura de aneurisma de aorta abdominal, con sangrado activo y hematoma retroperitoneal.

DISCUSIÓN

En este caso clínico, se nos presenta a un paciente varón de 60 años que acude a urgencias por lumbalgia de 3 días de evolución tras traumatismo leve. Ante esta clínica, lo primero que deberíamos realizar es una radiografía de columna lumbar AP y lateral. La radiografía es la primera prueba de imagen utilizada para evaluar el estado de la columna vertebral, pues permite evaluar su alineación y las posibles deformidades.

Si nos fijamos en la radiografía: podemos apreciar que presenta un discreto pinzamiento discal L4-L5, que podría ser el responsable de dicha clínica. Sin embargo, como hallazgo casual se identificó una lesión prevertebral en la línea media a nivel de L2-L4. Ante la sospecha de aneurisma aórtico, se necesita ampliar el estudio.

Un aneurisma aórtico abdominal es un abombamiento anormal de la aorta abdominal debido a la debilidad en la pared del vaso sanguíneo. Se puede producir un aumento del diámetro de la aorta en más del 50% de su tamaño original. En cuanto a los síntomas que provoca, en el 75% de los pacientes portadores de un aneurisma son asintomáticos. En el caso de que haya sintomatología, suele tratarse de molestias abdominales inespecíficas o dolor lumbar (como presentaba nuestro paciente). En un 25% de los casos la primera manifestación clínica será la rotura del aneurisma, que ocasiona una hemorragia interna que supone una amenaza para la vida del paciente y requiere tratamiento urgente inmediato.

Como la mayoría de aneurismas son asintomáticos, su diagnóstico es difícil y suelen ser hallazgos casuales a través de exploraciones solicitadas por otros motivos (radiografías de abdomen, TC, etc.), tal y como le sucedió a nuestro paciente. La radiografía de abdomen puede ser orientativa de aneurisma abdominal; especialmente en casos como este, donde la aorta dilatada presente calcificaciones (sin embargo, el 25% de los aneurismas no se ven en la radiografía simple, pues no están calcificados)

Otra prueba que se emplea en el estudio de aneurismas es la ecografía. Esta es una de las primeras pruebas a realizar pues es un procedimiento rápido, fiable e inocuo para el paciente. Permite detectar un aneurisma y es la mejor técnica de seguimiento periódico. Se puede emplear para examinar a pacientes con riesgo de aneurisma aórtico, como aquellos con antecedentes familiares, aterosclerosis periférica, o aneurismas de las arterias periféricas.

Sin embargo, la prueba de elección es el angio TC, pues es la que aporta el diagnóstico de certeza y da información esencial para indicar y planificar la cirugía (diámetro, características de la pared, extensión, relación con las ramas arteriales, etc.). En pacientes con alergia al yodo, se podrá utilizar una angio RM.

En el caso de nuestro paciente, lo que se observa en las imágenes del TC es una aorta aumentada de calibre y parcialmente trombosada, con extravasación de contraste desde la luz aórtica en fase arterial, que aumenta en fase venosa, lo que indica sangrado activo. Se aprecia además, líquido libre y una colección adyacente a psoas derecho, en relación a hematoma retroperitoneal.