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Caso 44

     
 

Autor:

 

Alfonso Gimenez Cardenas

 

 

DIAGNÓSTICO FINAL

DIAGNÓSTICO FINAL: Hematoma subcapsular esplénico

DISCUSIÓN

A modo de introducción, destacar en un primer plano que el bazo es el órgano más frecuentemente afectado en el traumatismo abdominal cerrado, representando el 40% de las lesiones en víscera sólida. La lesión de dicho órgano ha de sospecharse por el clínico siempre que el paciente haya recibido un impacto en área torácica izquierda o abdomen superior izquierdo. De hecho, frecuentemente esta lesión se ve asociada a fractura de costillas bajas.

La primera prueba a realizar en pacientes con sospecha clínica de lesión esplénica e inestabilidad hemodinámica será la ecografía, la cual, además de ser una prueba no invasiva y sin radiación ionizante, resulta ser altamente sensible para la detección de líquido libre. Es por lo tanto que, elegir la ecografía como método diagnóstico de elección, nos ofrece una buena visualización del bazo y sus estructuras circundantes. Esto permite detectar la presencia de colecciones de sangre, como un hematoma subcapsular, así como evaluar la integridad de la cápsula esplénica y la presencia de otras lesiones asociadas. En el caso de la paciente presentada en el caso clínico, una vez se le realiza la ecografía, se puede visualizar una colección bien definida de líquido hipoecoico ubicada entre la cápsula fibrosa externa del bazo y el parénquima esplénico, con contornos bien definidos y una ecogenicidad más baja que el tejido circundante.

Seguidamente, el estudio diagnóstico es completado con la realización tanto de una TC de tórax simple, como de una TC abdomino-pélvica. La TC, además del diagnóstico, nos dará datos del tipo de lesión y su magnitud. Concretamente, en la TC, podremos encontrarnos diversos tipos de lesiones: hematomas, imágenes ovaladas hipo o hiperdensas; laceraciones, imágenes lineales hipodensas; contusiones, de morfología lineal mal definida; hematomas subcapsulares, de distribución periférica y respetando el contorno esplénico, hiperdensos en la TC basal e hipodensos en estudios con contraste; roturas, en las que visualizaremos varios fragmentos esplénicos independientes; hemoperitoneo, líquido libre de alta densidad, e incluso disrupción del pedículo vascular con extravasación de contraste.

Por su parte, la TC de tórax, pese a no haber sido incluida dentro de las opciones del tipo test relativo al caso clínico, puesto que la prueba complementaria principal a realizar era la TC de abdomen con contraste IV, como ha sido explicado anteriormente, se decidió también someter a la paciente a una TC de tórax, puesto que esta proporciona una evaluación más completa de la región torácica, incluyendo el bazo y otras estructuras adyacentes. Esto permite detectar lesiones adicionales, como fracturas costales, lesiones pulmonares o lesiones en otros órganos torácicos que puedan estar presentes en pacientes con traumatismo abdominal. Así mismo, la TC es más sensible que la ecografía para detectar complicaciones asociadas con un hematoma subcapsular esplénico, como la rotura del hematoma, la presencia de pseudoaneurismas, la hemorragia activa o la formación de abscesos. A su vez, permite una visualización precisa de la ubicación, extensión y características del hematoma subcapsular esplénico, así como de su relación con otras estructuras anatómicas circundantes. La TC abdominopélvica, proporciona imágenes detalladas del bazo y las estructuras abdominales y pélvicas circundantes. Esto permite una evaluación más precisa del tamaño, la forma y la ubicación del hematoma subcapsular esplénico, así como de su relación con otros órganos y estructuras, como el hígado, los riñones, el páncreas y los vasos sanguíneos.

Tras llevar a cabo ambas pruebas, a nivel del tórax, no hay evidencia de contusiones ni laceraciones pulmonares a nivel del parénquima pulmonar, no se observa derrame pleural ni pericárdico, no se identifica neumotórax, así como tampoco se identifican fracturas. A nivel del abdomen, se observan múltiples laceraciones esplénicas de hasta 5,3 cm de extensión, la mayor parte de ellas localizadas en la región interpolar, la cual adopta una morfología bilobulada, lo que sugiere componente hemático intraparenquimatoso asociado. La laceración localizada en el polo superior, se encuentra adyacente al hilio esplénico, sin observar alteraciones de los vasos esplénicos. Asocia un hematoma subcapsular que sobrepasa >50% de la superficie esplénica, con un tamaño aproximado de 12,3 x 5,2 x 15,5 cm (APxTxCC), 400 cm3. Por lo tanto, se presentan hallazgos compatibles con lesión esplénica grado III de la AAST.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

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