7. DIAGNÓSTICO FINAL: tendinopatía calcificante del supraespinoso

8. DISCUSIÓN

La tendinitis calcificante del manguito de los rotadores es una de las causas más frecuentes del dolor en el hombro y consiste en el depósito de sales cálcicas en los tendones del manguito de los rotadores. Con mayor frecuencia afectan al tendón supraespinoso (65% de los casos), con menor frecuencia al infraespinoso (30% de los casos), y mucho más raramente al subescapular (5% de los casos). Además, es más frecuente en pacientes de edad media, siendo algo más frecuente en mujeres.

Realmente se desconocen las causas por las que se depositan cristales de calcio en el hombro, y no guarda relación aparente con la dieta, pero sí que se relaciona con trastornos endocrinos como el hipotiroidismo y es más frecuente en diabéticos. En general, afecta a gente sana, sin antecedentes de enfermedades destacables. El dolor se inicia en uno de los hombros, habitualmente el derecho, siendo raro que presenten calcificaciones en otras articulaciones, pero no es un hallazgo extraordinario que existan depósitos de calcio en ambos hombros.

Tampoco parece haber una relación estrecha con las actividades que haga el paciente, ya sean laborales o deportivas, y las calcificaciones aparecen en pacientes que trabajan manualmente, pacientes con trabajo sedentario, y pacientes que no trabajan. Por regla general no es necesario pedir pruebas reumáticas, ni estudiar el metabolismo del calcio; ya que, muy pocas veces aporta algo al tratamiento.

La sintomatología que se presenta suele ser un dolor de inicio brusco, sin una causa desencadenante y que puede llegar a una gran intensidad. Además, esta enfermedad presenta sintomatología por brotes, siendo asintomática o de un dolor más moderado entre una crisis y otra. Por ello, lo más importante a la hora del manejo de un paciente que viene con dolor de hombro, sería hacer una buena historia clínica. Algo muy importante sería saber desde cuando le duele, la intensidad, si ha habido un desencadenante como por ejemplo un golpe o una caída y si empeora con algún movimiento o postura.

El diagnóstico de una tendinitis calcificante se basa en la presencia de un depósito de calcio, que se identifica fácilmente en radiografías simples de hombro. En caso de que en las radiografías no se aprecien calcificaciones de hombro, debemos descartar otras causas de dolor (ej: hernias de disco cervicales). Otras pruebas diagnósticas, como la ecografía o resonancia, aunque no sean imprescindibles para el diagnóstico inicial de la tendinitis calcificante, pueden ayudar a localizar mejor la calcificación, valorar el estado de los tendones y descartar otros procesos existentes.

En el caso de nuestra paciente, se observan las calcificaciones bien en la radiografía del hombro, y la ecografía sirve para confirmar el diagnóstico. En esta, se observa la calcificación como una masa ovalada, hiperecoica, que deja sombra acústica posterior. Además, sabemos por la posición en la que está (superior y posterior), que se trata de la inserción del músculo supraespinoso, porque si fuera el subescapular se vería en la radiografía por delante del troquín (anterior) y más inferior.

Finalmente, el tratamiento de esta patología en la mayoría de los pacientes es conservador, recurriendo a terapia antiinflamatoria, fisioterapia y frío local cuando hay una crisis y dolor intenso. Habitualmente el dolor cede en unos días. El siguiente escalón en caso de ser insuficiente lo anterior, sería la infiltración con anestésico local, combinados o no con un corticoide. También existe la posibilidad de la utilización de ondas de choque o la punción y lavado de la calcificación bajo control ecográfico. Como último recurso, y en un porcentaje relativamente pequeño, se opta por la cirugía (artroscopia).