DIAGNÓSTICO FINAL: TUMOR DE GIST
El dolor postprandial en epigastrio e hipocondrio derecho que presenta la mujer puede estar relacionado con múltiples órganos: estómago, duodeno, vesícula biliar, páncreas e incluso hígado; se realiza una TC para obtener una visión completa del abdomen.
TC de abdomen y pelvis con contraste intravenoso en fase venosa:
Se utiliza una TC con contraste intravenoso, adquiriendo imágenes en fases arterial y portal para un diagnóstico completo.
La fase arterial es clave si se sospecha un tumor hipervascular, mientras que la fase portal permite evaluar la extensión y afectación de órganos adyacentes.
Durante la fase arterial (15–25 segundos tras la inyección), el contraste se encuentra aún concentrado en las arterias, siendo útil para visualizar tumores hipervasculares (por ejemplo, GIST, feocromocitoma), aneurismas y malformaciones arteriovenosas.
En la fase venosa portal (70–80 segundos tras la inyección), el contraste se ha distribuido en el sistema venoso portal y en los órganos parenquimatosos (hígado, bazo, páncreas); es útil para detectar metástasis hepáticas, evaluar la infiltración tumoral y examinar infecciones o procesos inflamatorios.
El resultado de la TC fue: en el abdomen se identifica, a nivel epigástrico y del epiplón menor, una masa de contornos definidos y morfología redondeada, que presenta microcalcificaciones dispersas, con gran vascularización y captación de contraste homogénea en un 80 % durante la fase portal.
La cavidad gástrica está bien distendida (debido a la ingesta de contraste negativo en el momento de la exploración), y no se visualiza (probablemente debido al gran tamaño de la masa) relación mediante pedículo con la pared gástrica.
La masa rodea casi por completo la curvatura menor y comprime levemente al páncreas. Páncreas, glándulas suprarrenales y bazo sin anomalías.
Conclusión: Masa situada a nivel del epiplón menor en íntimo contacto con la cavidad gástrica, siendo como primera opción, debido a su vascularización, localización y morfología, compatible con tumor de GIST.
Aunque la TC con contraste intravenoso es excelente para identificar masas, inflamación, adenopatías o afectación vascular, no siempre permite evaluar adecuadamente la motilidad gastrointestinal ni ciertas alteraciones funcionales o estructurales de la mucosa: por ello se solicita la fluoroscopia como prueba complementaria.
En este contexto clínico, la fluoroscopia se solicita para evaluar la dinámica gastrointestinal, complementar los hallazgos de la TC y caracterizar mejor procesos como compresiones extrínsecas (por ejemplo, tumor GIST).
De hecho, uno de los motivos justificados para realizar fluoroscopia tras la TC es la evaluación dinámica postprandial y la paciente presenta dolor tras las comidas, lo que sugiere un problema funcional o mecánico durante el tránsito, y la fluoroscopia permite observar en tiempo real la progresión del bolo, detectar estenosis, compresiones extrínsecas o trastornos motores.
En la fluoroscopia: unión esófago-gástrica sin alteraciones morfológicas ni dinámicas. Estómago en situación normal, patrón mucoso con alteración difusa de la morfología secundaria a un proceso exofítico en la curvatura menor. Los márgenes del estómago se distienden con normalidad, el antro contrae bien y el ritmo de evacuación es normal. Bulbo duodenal regular sin signos de úlcera.
Conclusión: Proceso exofítico que afecta a la curvatura menor de forma extrínseca, sin afectación a la evacuación ni a la zona intrínseca.