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Caso 42

     
 

Autor:

 

Fuensanta Brocal Chumillas

 

 

DIAGNÓSTICO FINAL

DIAGNÓSTICO FINAL: Neoplasia ovárica con adenopatías retroperitoneales que condiciona obstrucción de la vía urinaria derecha.

DISCUSIÓN:

Ante una paciente de 50 años con dolor renoureteral derecho y dolor abdominal difuso, la sospecha inicial se orienta hacia una posible uropatía obstructiva. En este contexto clínico, la ecografía abdominal, incluyendo la valoración del aparato urinario, representa la técnica de imagen de primera elección. Esta modalidad es no invasiva, accesible, económica, y no implica exposición a radiación, lo que la convierte en una herramienta fundamental en el entorno de urgencias.

En la ecografía se evidencia hidronefrosis grado III derecha. La hidronefrosis es la dilatación de la pelvis y cálices renales causada por una obstrucción al flujo normal de orina en cualquier parte del tracto urinario. En este caso, implica una dilatación moderada-severa del sistema colector renal. La presencia de una masa pélvica con componente sólido y adenopatías retroperitoneales sugiere que la hidronefrosis es secundaria a una compresión extrínseca de la vía urinaria, posiblemente por una neoplasia de origen ovárico. Esta incertidumbre obliga a continuar el estudio con una técnica más específica y sensible.

Ante estos hallazgos y la clínica persistente, se debe completar el estudio mediante una tomografía computarizada (TC) abdominal con contraste intravenoso.

La TC permite una valoración detallada tanto del parénquima renal como de estructuras adyacentes, el trayecto ureteral y la pelvis. En este caso, se confirma la hidronefrosis derecha y se identifica una masa pélvica predominantemente hipodensa y homogénea con componente sólido que capta contraste, además de adenopatías retroperitoneales, lo que sugiere un proceso neoplásico. La masa ejerce efecto de masa sobre el uréter derecho, condicionando la uropatía obstructiva.

El diagnóstico diferencial principal se orienta hacia una neoplasia de origen ovárico, dado el patrón de realce, la localización pélvica y la afectación ganglionar retroperitoneal. Otros posibles diagnósticos diferenciales podrían incluir tumores ginecológicos de otro origen (endometrial o tubárico), linfoma retroperitoneal o masas originadas en el tracto gastrointestinal. Sin embargo, el patrón de presentación es más sugestivo de una tumoración ginecológica primaria ovárica, que ha provocado una obstrucción secundaria del sistema excretor urinario.

Cabe destacar la relevancia de una correcta estrategia diagnóstica por imagen: comenzar por una técnica accesible y dirigida como la ecografía y escalar posteriormente a estudios más específicos como la TC, en función de los hallazgos iniciales y la evolución clínica. Este enfoque escalonado permite optimizar los recursos, acelerar el diagnóstico y orientar de forma temprana a la paciente hacia un manejo oncológico especializado.