DIAGNÓSTICO FINAL: Tres abscesos cerebrales, en ambos lóbulos occipitales y región posterior de lóbulo temporal izquierdo, con moderado efecto de masa, pero sin desviación de estructuras de la línea media.

DISCUSIÓN:

Un absceso cerebral es una infección en el cerebro cuya consecuencia es la acumulación de material purulento en los hemisferios cerebrales, comportándose clínicamente como una masa intracraneal y rodeada de tejido inflamatorio. Esta condición es una urgencia médica, ya que puede elevar la presión intracraneal de forma excesiva, poniendo en riesgo la vida del paciente.

En el caso de múltiples abscesos cerebrales, se utilizan diferentes técnicas de imagen: TC, RM T1, T2 y DWI. Cada una aporta información complementaria para el diagnóstico, localización, evaluación del edema, diferenciación de otras lesiones y planificación del tratamiento. En este caso, la técnica de imagen más adecuada para el diagnóstico de abscesos cerebrales es la Resonancia Magnética, que proporciona una resolución superior de los tejidos blandos del cerebro e identifica mejor la estructura de los abscesos. Sin embargo, en primera instancia, se realiza la prueba de imagen por Tomografía Computarizada (TC), no tan precisa en la resolución de detalles anatómicos, pero útil en la evaluación inicial y en situaciones de emergencia.

Aunque no sea la técnica de imagen de elección, la primera prueba que se realizaría a un paciente con signos de hipertensión intracraneal (cefaleas, alteración nivel conciencia y déficit neurológico progresivo) sería una Tomografía Computarizada que nos orienta de forma inicial e identifica lesiones ocupantes de espacio. Se detectan lesiones hipodensas en sustancia blanca subcortical parieto-occipital bilateral, en relación con edema vasogénico. Sin embargo, esta prueba no permite diferenciar con precisión entre absceso y neoplasia.

Por esto, el siguiente paso a tomar sería la Resonancia magnética, considerada la técnica de imagen más adecuada y que permite evaluar los abscesos cerebrales de manera más detallada, permitiendo identificar sus características como el núcleo central y la cápsula periférica. Además, a esta prueba se le puede añadir contraste (gadolinio) muy útil para la evaluación de la cápsula y del edema circundante.

–RM T2: el contenido purulento del absceso se ve hiperintenso y el edema vasogénico (circundante) también se ve hipertenso, lo que ayuda a diferenciarlo del tejido sano. Permite ver la extensión y la localización exacta de los abscesos.

–RM T1 con contraste IV: la cápsula del absceso capta el contraste de forma anular (forma de anillo), imagen característica de este proceso. Esta imagen permite diferenciar un absceso de otras lesiones anulares como tumores, metástasis o necrosis y es esencial para delimitar claramente el absceso.

–RM con secuencia de difusión (DWI): es una secuencia específica dentro de la RM que evalúa el movimiento de las moléculas de agua en los tejidos. No se utiliza como primera opción para el diagnóstico de abscesos, sino como complemento para evaluar su extensión y características.

• La zona central del absceso restringe la difusión de las moléculas de agua debido a su contenido espeso (pus). Por ello, esta prueba nos muestra una imagen hiperintensa de la lesión.
• Clave para diferenciar el absceso de una neoplasia con necrosis central que no presenta restricción de la difusión, por lo que se vería hipointensa.

Por tanto, los hallazgos radiológicos que se obtienen mediante la técnica de Resonancia Magnética son: lesiones cortico-subcorticales bilobuladas con anillo de realce homogéneo y edema vasogénico.

Conclusión: El absceso cerebral es una urgencia médica grave que simula una masa intracraneal, con riesgo de aumento de la presión intracraneal y compromiso vital. Para su diagnóstico y caracterización, es necesario realizar distintas técnicas de imagen. Aunque la tomografía computarizada (TC) es la primera prueba indicada en pacientes con síntomas de hipertensión intracraneal por su rapidez y disponibilidad, la resonancia magnética (RM) es la técnica de imagen de elección por su mayor sensibilidad y especificidad. La RM permite caracterizar detalladamente los abscesos: en secuencia T2, se observa contenido purulento hiperintenso y edema vasogénico; en T1 con contraste, la cápsula presenta un realce en anillo típico; y en DWI, se evidencia restricción a la difusión en la zona central del absceso, lo que la diferencia de otras lesiones como neoplasias necróticas. Estos hallazgos, junto con el patrón de realce homogéneo y la distribución cortico- subcortical, permiten un diagnóstico preciso.

En conjunto, la integración clínica y radiológica permite una orientación diagnóstica efectiva, diferenciación de otras patologías y planificación terapéutica adecuada en pacientes con sospecha de abscesos cerebrales.