Diagnóstico final: Fractura subcapital completa tipo III de la clasificación de Garden.
Discusión
En pacientes de edad avanzada que acuden con dolor de cadera, la radiografía es la primera prueba de imagen que se realiza. Esto se debe a su rápida disponibilidad, bajo costo y eficacia para detectar la mayoría de las fracturas. En la mayoría de los casos, la RX permite confirmar la presencia de una fractura y orientar el tratamiento de inmediato.
En el caso específico de este paciente, la RX inicial mostró una solución de continuidad en la cortical ósea de la región basicervical de la cadera izquierda, compatible con una línea de fractura no desplazada. Esta observación justificó la realización de estudios adicionales para evaluar mejor la extensión de la lesión.
Sin embargo, en ciertos pacientes, especialmente aquellos con osteoporosis, puede existir una fractura oculta que no se visualiza en la RX inicial. Cuando el dolor persiste y la radiografía no muestra alteraciones evidentes, se puede optar por una tomografía computarizada (TC) como alternativa diagnóstica.
En este paciente, la tomografía computarizada (TC) de caderas permitió una evaluación más detallada, identificando una fractura subcapital completa de cuello femoral izquierdo con desplazamiento incompleto en varo de la cabeza femoral, correspondiente a una fractura tipo III según la clasificación de Garden. Además, se observaron pequeños fragmentos óseos adyacentes al margen medial del cuello femoral, lo que refuerza la importancia de este estudio en la caracterización completa de la lesión.
La fractura tipo III de la clasificación de Garden se caracteriza por ser una fractura completa con desplazamiento parcial. En este tipo de fractura, los fragmentos óseos aún conservan cierto contacto entre sí, pero existe una angulación en varo de la cabeza femoral, lo que compromete la estabilidad de la articulación y aumenta el riesgo de necrosis avascular debido a la interrupción parcial del flujo sanguíneo hacia la cabeza femoral. En la imagen de TC, esta fractura se observa como una línea hipodensa que atraviesa el cuello femoral, con cierto grado de angulación y fragmentos óseos desplazados de manera incompleta.
Las fracturas del cuello femoral son lesiones graves, especialmente en personas de edad avanzada, ya que pueden conllevar complicaciones como la necrosis avascular, el retardo en la consolidación ósea y la necesidad de procedimientos quirúrgicos. Su diagnóstico oportuno y clasificación adecuada son esenciales para elegir el tratamiento más adecuado y mejorar el pronóstico del paciente.
En conclusión, la radiografía sigue siendo la herramienta diagnóstica inicial en casos de sospecha de fractura de cadera. No obstante, si persiste la sospecha clínica y la RX no muestra alteraciones, se realizó una TC que permitió confirmar y clasificar con precisión la fractura subcapital tipo III, lo que resulta fundamental para guiar el manejo terapéutico adecuado del paciente.