Neumonía lobar izquierda en la língula.
DISCUSIÓN
El paciente llega a urgencias con un cuadro agudo de fiebre, tos y expectoración. Al consultar su historia clínico no se halla ningún episodio previo destacable. Entonces, dado que todo apunta a un proceso infeccioso del tracto respiratorio inferior, se le realiza una radiografía sencilla de tórax en proyecciones posteroanterior y lateral. Gracias a estas se puede realizar una evaluación global del parénquima pulmonar, ya que está indicada como primera opción por su accesibilidad, bajo costo y utilidad en el proceso diagnóstico.
Tras analizar la imagen radiológica se observa una consolidación pulmonar en la língula sin otros signos que indiquen derrame pleural, anomalías estructurales, adenopatías hiliares u otra clase de patología. A continuación, para poder afinar el diagnóstico, se le realiza también una tomografía computarizada sin contraste en la que observamos el signo del broncograma aéreo, el cual es característico de una neumonía alveolar, normalmente de origen bacteriano.
La radiografía muestra una consolidación ubicada en la língula, sin otros hallazgos que sugieran derrame pleural, cardiomegalia, adenopatías en el hilio o engrosamientos en la pleura. A continuación, para poder observar mejor las características de la lesión se realiza una tomografía computarizada de tórax sin contraste, en la que se puede apreciar un broncograma aéreo, signo de esa consolidación segmentaria en la língula que sospechamos. Este patrón es característico de neumonía alveolar, usualmente de origen bacteriano, y sugiere un origen infeccioso sin señales de complicación.
En el proceso de diagnóstico diferencial, se tomaron en cuenta varias enfermedades que se fueron descartando en base tanto a la clínica como a la información radiológica. En primer lugar, se descarta la tuberculosis ya que no se correlacionan los síntomas habituales como son la pérdida de peso, sudoración nocturna o la tos crónica. Asimismo, tampoco se hallan en las imágenes signos característicos de la infección como son las lesiones cavitadas, alteración apical o un patrón miliar. A continuación, se descarta una etiología neoplásica al no existir factores de riesgo como el consumo de tabaco o la edad avanzada, ni detectarse lesiones como nódulos de márgenes espiculados, indicios de invasión local o adenopatías mediastínicas.
También se descartó la posibilidad de una embolia pulmonar al no haber constancia de sintomatología característica como es la disnea súbita o el dolor torácico pleurítico. A nivel de imagen no se encontraron indicadores radiológicos de peso como zonas de bajo flujo sanguíneo o consolidaciones en la cuña. Para finalizar, se rechaza la bronconeumonía, ya que normalmente presenta un patrón radiológico bilateral y parcheado, mientras que la lesión descrita se trata de una consolidación única, claramente definida y ubicada en un solo segmento pulmonar.
La correlación entre la manifestación clínica, la morfología y localización de la lesión y su imagen radiológica permite deducir que el diagnóstico más probable es una neumonía lobar izquierda situada en la língula. Por tanto, todo apunta a un proceso infeccioso alveolar simple, presentando hallazgos característicos tanto en radiografía como en tomografía computarizada. Finalmente, la sospecha inicial se confirma al no haber indicios de cronicidad o agresividad en la imagen, además de la ausencia de síntomas generales o focales adicionales. Este tipo de patología no necesita pruebas invasivas adicionales y debe ser tratada clínicamente con antibiótico y realizarle un seguimiento al paciente para comprobar la resolución del problema.