En primer lugar, habría que descartar la ecografía y la RM, pues no son lo suficientemente sensibles como para ser técnicas utilizadas protocolariamente ante un dolor agudo de abdomen. Por otro lado, a pesar de que la TC es una prueba mucho más sensible para detectar patología abdominal que la radiografía simple (podría incluso detectar pequeños volúmenes de aire extraintestinal), no se utiliza de entrada en casos de dolor abdominal agudo. Este modus operandi obedece a que la Rx radia menos al paciente, es más barata, y suele tener mejor disponibilidad. Por tanto, primero debemos confirmar la presencia de patología abdominal de importancia mediante radiografía (para lo cual esta prueba sí es lo bastante sensible), y una vez confirmada, podemos proceder a la realización de alguna prueba de imagen complementaria, como la TC.