DIAGNÓSTICO FINAL: Angiomiolipoma renal.
Los angiomiolipomas renales suponen el 1 al 3% de los tumores renales y presentan un comportamiento favorable por su escasa tasa de complicaciones. La necesidad de control periódico se establece por las posibilidades de crecimiento, que incrementaría el riesgo de sangrado espontáneo; o la presencia de cambios morfológicos que nos orientarían hacia el diagnóstico de una neoplasia renal.
El hallazgo de una masa sólida, unilateral, bien vascularizada, sin presencia de calcificación y, sobre todo, con grasa macroscópica, nos indica que estamos ante un Angiomiolipoma Renal, el tumor benigno más frecuente en el riñón de adulto.
El correcto diagnóstico radiológico de angiomiolipoma renal requiere la identificación de grasa dentro del tumor, y que el único que es capaz de discriminar pequeñas diferencias de densidad y reconocer el tejido adiposo con el del angiomiolipoma renal es la TAC.