Ante este paciente, en el que se sospecha la presencia de algún proceso agudo cerebral como podría ser un ictus, necesitamos una prueba rápida y que nos permita ver una amplia variedad de lesiones en la zona de interés, por tanto la prueba adecuada es la TC. La ecografía no nos sirve en esta zona al no poder visualizar el interior del cráneo, la RX no nos permite valorar adecuadamente el cerebro y la RM es bastante más lenta que el TAC.

Parece haber una ocupación patológica en el agujero magno. La presencia de esta anomalía hace que indaguemos más en la clínica del paciente, y descubrimos que desde hace varios años sufre de dolor cervical alto y algunos dolores de cabeza pero a los que no había dado importancia. Cuenta que además desde hace alrededor de un año tiene algún problema de equilibrio y algo de debilidad en las piernas que ha aumentado en el último mes.