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Caso 73

     
 

Autor:

 

Marina García Gómez / Amina Dzenanovic

 

 

DIAGNÓSTICO FINAL

Teniendo en cuenta que las lesiones han permanecido idénticas en las dos últimas radiografías de la paciente, debemos plantearnos, como posibilidad diagnóstica más probable, granulomas parcialmente calcificados en el contexto de una enfermedad granulomatosa antigua (tuberculosis). Además, la ausencia de clínica en la paciente, parece orientar hacia la posibilidad de que se traten de lesiones cicatriciales.

La secuencia diagnóstica correcta pasa por realizar un TC tras comprobar que la paciente tiene una radiografía previa en la que las lesiones no pueden estudiarse. La TC muestra la típica imagen de la tuberculosis curada. En un TC, la tuberculosis activa puede verse en forma de infiltrado y nódulos cavitados (cavernas). Tanto el infiltrado como la adenopatía, si curan, tienen una marcada tendencia a calcificarse con el tiempo, de forma que en ocasiones tras una primoinfección no detectada, este complejo calcificado delata su existencia. La radiografía convencional no aporta suficiente información para estudiar los nódulos, por lo que se recurre a la TC, que es la técnica de elección para visualizar el parénquima pulmonar.La TC permite un estudio adecuado de los mismos, pues podemos observar nódulos residuales no visibles en la radiografía simple. Una vez que hemos descartado el origen neoplásico de los nódulos es innecesario emplear técnicas de Medicina Nuclear, como el PET-TAC, que suponen una doble dosis de radiación (isótopos empleados en Medicina Nuclear y radiación ionizante). Además, el hecho de que los nódulos aparezcan en dos radiografías de años diferentes y sin cambios orienta hacia lesiones cicatriciales. Lo siguiente que se podría hacer es una biopsia del nódulo con el fin de concluir el diagnóstico.

CONCLUSIÓN

Diagnóstico final.La primera posibilidad diagnóstica es una enfermedad granulomatosa, probable tuberculosis antigua.

Tuberculosis. La tuberculosis es una enfermedad infecciosa que afecta sobre todo al pulmón y tiene un curso progresivo y crónico en ausencia de tratamiento. Está producida por especies del género Mycobacterium, principalmente M. tuberculosis. De todos los pacientes infectados un 10% desarrolla la enfermedad en el curso de sus vidas y el 90% restante, cura. La enfermedad se desarrolla en pacientes en condiciones de desnutrición, inmunodeficiencias y con otras patologías de base. En los niños la tuberculosis puede tener diversos síntomas y signos dependiendo del grado de compromiso y ubicación de la lesión, pudiendo ser incluso asintomática.

La tuberculosis pulmonar tiene dos fases: período primario (primoinfección) y período secundario (reactivación). En el primer contacto, suele haber una respuesta inflamatoria inespecífica y diseminación del bacilo por la vía linfática hasta los ganglios de hilio pulmonar. No suele acompañarse de manifestaciones clínicas y cura mediante fibrosis y calcificación. En el caso de una reactivación del foco primario por disminución de defensas o por un nuevo contacto exógeno con el bacilo, se produce una respuesta inmune específica con inmunidad celular y formación de granulomas con necrosis caseosa. Cuando alcanza el bronquio se elimina al exterior formando una cavidad en el pulmón (caverna). Los síntomas son tos, esputo sanguinolento, pérdida de peso, sudor nocturno y fiebre.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

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Domínguez Del Valle F.J., Fernández B., Pérez de las Casas M., Marín B., Bermejo C. Clínica y radiología de la tuberculosis torácica. Anales del Sistema Sanitario de Navarra.

2.

Cruz Peña L.A., Rodríguez Silva H., Pérez Caballero D. Fiebre de origen desconocido: revisión de 105 pacientes. Revista Cubana de Medicina.

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Sánchez G., Mamani R., Retamal J., Rojo A., Casar C. Formas clínicas de la tuberculosis infantil: Hospital Roberto del Río. Revista chilena de enfermedades respiratorias.

4.

Radiopaedia. Disponible en: http://radiopaedia.org/

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