Cargando pagina por favor espere...

  Inicio   |   Contactar   |   Aviso legal  
     

Caso 42

     
 

Autor:

 

M. Ángeles Cerezuela Abarca / Carmen Miquel López

 

 

Haz click en las imágenes para verlas ampliadas

La opción correcta es TC de abdomen-pelvis sin contraste y con contraste iv (puede valorarse la realización de un estudio simple en pacientes en los que se sospecha sangrado intraabdominal, con posterior realización del estudio de TC abdomino-pélvico con contraste iv)1 . Podríamos pensar, que en principio, lo más indicado es realizar una ecografía como primera prueba diagnóstica de elección, para ver si hay alguna posible lesión renal. Pero en este caso, la existencia de hematuria macroscópica, y el mal estado general del paciente y la hipotensión que presenta, nos hace decidir que la prueba más indicada es un TC de abdomen. En el caso de que el paciente tuviese hematuria microscópica, si estaría indicada la realización previa de una ecografía.

Además, la ecografía puede detectar laceraciones renales, pero no puede evaluar con precisión su profundidad y extensión, y no aportan información funcional sobre la excreción renal o extravasación de orina. Otra de las desventajas de la ecografía en este caso, es que en ocasiones es difícil obtener buenas ventanas acústicas en pacientes con traumatismos2.

La TC define con más precisión la localización de las lesiones, detecta fácilmente contusiones y podemos visualizar la totalidad del retroperitoneo y los hematomas asociados, proporcionando una visión simultanea de abdomen y pelvis. Se debe administrar contraste por vía intravenosa. La falta de captación de contraste por el riñón lesionado es un rasgo distintivo de la lesión del pedículo renal2.