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Caso 29

     
 

Autor:

 

Sandra López Alfaro

 

 

DIAGNÓSTICO FINAL

DIAGNÓSTICO FINAL: Carcinoma de células renales.

DISCUSIÓN:

  • Carcinoma de células renales.

En cuanto a neoplasias renales, la mayoría de los tumores se originan en el parénquima renal (tumores de células renales, tumores corticales renales o tumores parenquimatosos), un número mucho menor se origina en el urotelio del sistema colector (carcinoma urotelial o carcinoma de células transicionales) o en el mesénquima (angiomiolipoma, leiomioma, liposarcoma).

El carcinoma de células renales (CCR) es el tumor maligno renal más frecuente (90%). Presenta diferentes subtipos histológicos, el más frecuente de ellos es el carcinoma de células claras (70%), también conocido antiguamente como hipernefroma.

Los diferentes subtipos de tumores de células renales presentan una progresión de la enfermedad diferente y también es distinto su potencial metastásico. Centrándonos en el carcinoma de células claras, es más frecuente en varones de mediana o de avanzada edad y es uno de los más agresivos, con una supervivencia global del 50-60% a los 5 años, presentando el mayor potencial metastásico de entre todos los subtipos (representando aproximadamente el 90% de las metástasis).

Con respecto a la presentación clínica de este cuadro, se asocia con una gran variedad de signos y síntomas, lo cual hace más difícil el diagnóstico. Es típica la asociación de hematuria, masa y dolor en costado, pero esta triple asociación tan solo está presente en un 10% de los casos. También son relativamente frecuentes la anemia, fiebre y pérdida de peso. Sin embargo, muchos pacientes no experimentan síntoma alguno hasta que la enfermedad se ha extendido a otros órganos.

  • Técnicas de estudio radiológico.

La TC, con su resolución espacial, y la RM, con su resolución tisular, son las técnicas radiológicas fundamentales para detectar y localizar el CCR, definir las características anatómicas, estadificarlo, planificar el tratamiento y seguir su evolución.

La TC helicoidal permite la realización de estudios multifase pudiendo evaluar la totalidad de los riñones en diferentes fases de captación del contraste endovenoso tras la administración (es decir, permite evaluar el patrón de realce). Además, se generan reconstrucciones multiplanares, imágenes angiográficas y tridimensionales.

De este modo, tanto por lo comentado anteriormente como por su disponibilidad, rapidez en la ejecución y bajo coste, la TC es la técnica de primera elección. La RM se utiliza como técnica de cuando existe alergia al contraste yodado y en mujeres embarazadas.

  • Valoración de imágenes del caso clínico.

En la TC toracoabdominopélvico, con contraste oral e intravenoso, se ve una lesión cortical exofítica, hipervascularizada, que muestra captación heterogénea debido a la presencia de necrosis, hemorragias y degeneración quística en su interior. Presentan márgenes bien definidos con una pseudocápsula fibrosa por compresión del parénquima renal adyacente. Calcificaciones en un 10-15% de los casos.

En las imágenes de este caso se observa una masa cortical en región interpolar de riñón derecho, de tamaño aproximado de 5.4×4.95×8.2cm APxTxCC, heterogénea con dos focos de calcificación en su interior. Esta tumoración ejerce un efecto masa sobre estructuras adyacentes (resto del parénquima, vía excretora y vena renal ipsilateral).

Fijándonos en la vena renal ipsilateral, vemos como esta se encuentra permeable y sin signos de trombosis, pero está rechazada y comprimida por el tumor, no podemos descartar infiltración.

Vemos también un discreto engrosamiento perirrenal y de la fascia pararrenal anterior, apreciándose un punto de contacto y pérdida del plano graso de clivaje con 2ª porción duodenal.

Pequeños ganglios/adenopatías retroperitoneales, los de mayor tamaño de 6mm de eje corto lateroaórtico izquierdo y de 10mm de eje corto adyacente a cabeza pancreática.

Se observan numerosos quistes simples no patológicos en ambos riñones.

Las metástasis son típicamente hipervasculares y se localizan sobre todo en pulmón (60%), hueso (40%), hígado (30%). Son menos frecuentes en riñón contralateral, parénquima cerebral o páncreas. Por ello, las metástasis se verían mejor en fase arterial. No objetivamos signos de metástasis a distancia.

Por último, cabe destacar que las áreas de necrosis central deben diferenciarse de una cicatriz fibrosa descrita en el oncocitoma, tumor benigno con el cual ha de realizarse un diagnóstico diferencial.

Los hallazgos radiológicos son compatibles con carcinoma de células renales como primera posibilidad diagnóstica, que se confirmará mediante la realización de una biopsia.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

1.

Á. Corral de la Calle, J. Encinas de la Iglesia, M.R. Martín López, G.C. Fernández Pérez, D.S. Águeda del Bas. Carcinoma papilar de células renales: el papel del radiólogo en su manejo. Radiología 2017; 59(2): 100-114.

2.

Bazan, M. Busto. Radiología del carcinoma renal. Radiología 2014; 56(1): 61-75.

3.

Cáncer renal [Internet]. Seom.org. 2019 [citado el 19 de marzo de 2021]. Disponible en: https://seom.org/info-sobre-el-cancer/renal?showall=1

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