DIAGNÓSTICO FINAL: Fractura-luxación de la cabeza del radio con avulsión del epicóndilo.
DISCUSIÓN
La información del presente caso lleva al diagnóstico de una fractura-luxación de la cabeza del radio con avulsión del epicóndilo.
El radio proximal consta de la cabeza o cúpula del radio y del cuello. La clasificación de fracturas de cabeza del radio más utilizada es la clasificación de Mason (1954), quien las dividió en tres tipos (I, II y III); más tarde, en 1962, Johnston añadió un cuarto tipo de fractura de la cabeza de radio: aquella que llevaba asociada una luxación del codo (1). Esta clasificación puede resultar interesante de cara a las distintas recomendaciones de tratamiento. Más concretamente, en este caso, la fractura de la cabeza del radio está asociada a otras lesiones, ya que se ha producido también su luxación, con la correspondiente pérdida de la congruencia articular radiohumeral, junto con la avulsión del epicóndilo lateral por el ligamento colateral radial.
Con respecto a la avulsión del epicóndilo, cabe mencionar que las fracturas de epicóndilo lateral son sumamente raras y mucho menos frecuentes que las del epicóndilo medial o epitróclea del húmero (2). Se puede ver una mayor incidencia en la población pediátrica (6-7 años), pero son lesiones muy raras en la población adulta. Se trata de fracturas que se producen normalmente tras un traumatismo directo o por avulsión durante un episodio agudo de inestabilidad posterolateral o en varo en el que el ligamento colateral radial arranca un fragmento del hueso que está adherido a él (3).
Además, suelen existir asociadas a otras lesiones, por lo que se debe realizar una correcta exploración física de la zona, siendo importante tener en cuenta su proximidad con el nervio cubital de cara a posibles complicaciones. Entre las complicaciones más frecuentes de este tipo de fracturas, podemos encontrar rigidez del codo, así como pseudoartrosis o cúbito valgo con posible parálisis cubital tardía por la tracción del nervio cubital. (4) También se han descrito casos en los que se manifiesta dolor e inestabilidad del codo varios meses después de la fractura, debido a la no unión de la misma. Esta posible evolución de la fractura puede conllevar el cambio de un tratamiento conservador a un tratamiento quirúrgico. No obstante, son diversos los estudios que señalan la posible controversia a la hora de tratar de forma conservadora o de forma quirúrgica este tipo de fracturas por avulsión cuando son recientes. (3)
Tras una cuidadosa evaluación clínica preliminar, la técnica de imagen inicial por excelencia será la radiografía simple, siempre realizando un mínimo de dos proyecciones básicas. Esto último es muy importante para evitar el infradiagnóstico de la lesión por la superposición de estructuras anatómicas y porque la lesión puede no resultar tan evidente en una de las proyecciones. Posteriormente, se puede realizar una tomografía computarizada, con la que incluso se dispondrá de una reconstrucción 3D que permitirá delimitar mejor el fragmento óseo desprendido tras la fractura, así como sus dimensiones.