7. DIAGNÓSTICO FINAL : Carcinoma ductal infiltrante de mama izquierda estadio 1 (T1 N0).
8. DISCUSIÓN:
El cáncer de mama es muy frecuente en la población, con una prevalencia a los 5 años de 17,5 % en España. Este dato, unido al hecho que la detección precoz de esta lesión reduce en larga medida la mortalidad, ha permitido la introducción de un cribado de cáncer de mama. Por lo tanto, a las mujeres entre los 50 y los 69 años se ofrece la ejecución de una mamografía bilateral sin contraste, que, si no pone en evidencia alteraciones patológicas, tiene que ser repetida cada 2 años.
La mamografía es un examen de una duración aproximada de 10-15 minutos, sencillo, barato y sin muchas contraindicaciones, por lo tanto, es el método diagnóstico de elección por el cribado poblacional. Permite detectar la presencia de lesiones tumorales aun no palpables, así como de microcalcificaciones.
Esta paciente acude a consulta tras la detección de un nódulo sospechoso en la mama izquierda mediante mamografía de screening. El primer examen que hay que realizarse es una ecografía bilateral de ambas mamas y de las cadenas axilares, para excluir la presencia concomitante de adenopatías. La ecografía es un examen complementario a la mamografía, ya que permite de distinguir entre lesiones quísticas y sólidas y caracterizar los márgenes de las lesiones. Si asociada también a la técnica Doppler permite valorar la vascularización de las estructuras objeto de estudio. Además, durante la ejecución de una ecografía es también posible tomar una muestra de tejido con aguja fina (PAAF) o con aguja gruesa (BAG) para obtener una muestra histológica y valorar la naturaleza de la lesión. Es importante que sea un estudio complementar a la mamografía, porque por ejemplo no permite la valoración de las microcalcificaciones.
En este caso a la paciente se le hizo una ecografía que confirmó la presencia de un nódulo hipoecogénico con un halo hiperecogénico circundante, con márgenes y morfologías irregulares a nivel de la mama izquierda. Frente la sospecha de cáncer, se le hizo también una BAG que confirmó la malignidad de la neoformación.
Una vez que tenemos la diagnosis de lesión maligna, es fundamental estudiar la extensión del tumor con fin de establecer la actitud terapéutica más adecuada y planificar la eventual intervención quirúrgica. De hecho, la resonancia magnética representa una técnica de elección por el estudio preoperatorio, a la hora de valorar la extensión tisular de la masa y la eventual presencia de adenopatías de las cadenas axilares y mamarias internas, que en esta paciente son ausentes. Permite en efecto de establecer la T y la N de la estadificación TNM, que en este caso corresponden a T1 y N0, con una diagnosis de tumor de estadio I.
Además, la ejecución de la RM tras la suministración de contraste intravenoso nos permite valorar en detalle la vascularización del tumor y analizar la curva de captación de contraste que asume formas diferentes según la naturaleza de la lesión. En esta paciente como se observa en la imagen, la lesión es muy blanca (hiperintensa), signo indicativo de una abundante vascularización. La paciente presentaba una curva intensidad-tiempo de tipo II, con absorbimiento rápido del contraste y liberación lenta, posible en caso de lesión tanto benigna cuanto maligna.
Además, es útil a la hora de monitorizar la respuesta a la quimioterapia, representando entonces una óptima prueba diagnóstica tanto en la diagnosis, cuanto en la estadificación y seguimiento de una paciente con cáncer de mama.