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Caso 31

     
 

Autor:

 

María Torrecillas García

 

 

DIAGNÓSTICO FINAL

DIAGNÓSTICO FINAL: Nódulo de necrosis grasa en LICE-CIE MD, residual a termoablación tumoral previa.

 

DISCUSIÓN:

Mamografía. Se realiza mamografía bilateral en mamas de patrón tipo b. No se observa realce parenquimatoso de fondo. Sin embargo, se distingue un pequeño nódulo en LICE (línea intercuadrática externa) MD, denso, con unos márgenes espiculados, con realce heterogéneo de contraste intravenoso. El mayor diámetro es de 19mm. Con todos estos datos, el nódulo de la paciente sería de alta sospecha de malignidad. Además de esto, se distinguen escasas calcificaciones, dispersas y bilaterales de aspecto benigno.

Ecografía mamaria. Mamas de ecogeneicidad normal para la edad del paciente. Hay un nódulo sólido palpable en la porción posterior de la LICE MD hipoecogénico, de márgenes irregulares, con elastomas rígidos (índice E/B>1) de alta sospecha de malignidad. Mide 13,2 x 11,3 x 12,1mm (TxAPxCC). No se ven nódulos quísticos y los ganglios axilares bilaterales son de características ecográficas benignas. De confirmar el diagnóstico se trataría de un estadío cT1N0Mx.

—> Para establecer el estadío, seguimos el siguiente esquema: La letra T se utliza para describir el tamaño y ubicación del tumor medido en centímetros. En nuestro caso, T1 es un tumor que mide 20 milímetros o menos en su área más ancha. La letra N es para evaluar los ganglios linfáticos regionales. En nuestro caso, N0 se trataría de la ausencia de cáncer en los ganglios o que estos tienen áreas inferiores a los 0,2mm. Por último, la letra M es para saber si el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo, es decir, metástasis a distancia. En nuestra paciente Mx significaría que no se puede evaluar diseminación a distancia.

Termoablación. Consiste en la aplicación directa de calor o frío en el interior del tumor para poder destruirlo. Las técnicas principales de termoablación em el cáncer de mama son 5: ultrasonidos focalizados de alta intensidad, láser, radiofrecuencia, microondas y crioterapia. Requieren la inserción percutánea intratumoral de una cánula o aplicador. La morfología de la zona de ablación suele ser esferoidal u ovalada. Es importante colocar la cánula-electrodo en el centro para garantizar que la zona de ablación incluya el volumen total planificado. El fin de estas técnicas es destruirlos mediante necrosis coagulativa.

En nuestra paciente, al realizar una mamografía y una ecografía de control para comparalas con las previas a la termoablación se observa una cavidad residual a termoablación en LICE-CIE MD, con fino realce anular de aproximadadmente 4,4 cm de diámetro, compatible con esteatonecrosis. En conclusión, se distingue un nódulo de necrosis grasa en LICE-CIE MD, residual a termoablación tumoral previa.