Diagnóstico final
Carcinoma microcítico de pulmón.
Discusión
Rx de Tórax. La radiografía simple anterolateral es la primera prueba de imagen que se solicita a pacientes con sospecha de cáncer de pulmón, aunque a veces en esta pueden pasar por alto ciertas características patológicas como algunos procesos parenquimatosos o lesiones nodulares de menos de 2cm de diámetro. Sin embargo, puede ser útil inicialmente porque nos permite ver si hay anomalías a simple vista en los pulmones de nuestro paciente, o si por el contrario, tenemos que reorientarnos y pedir más pruebas. En este caso, la radiografía era de control y el carcinoma de células pequeñas está lo bastante avanzado como para poder observar en la placa una masa localizada en el hilio del pulmón derecho que se extiende hacia el lóbulo superior del mismo, además de que se visualiza un leve componente atelectásico en la misma zona.
TC de tórax. Ante este tipo de pacientes que presenten un cuadro constitucional de pérdida de peso, con hemoptisis, dolor torácico, astenia y pérdida de apetito, lo ideal es acompañar la rx de tórax de un tc ya que gracias a la técnica multicorte que emplea, la buena resolución espacial y el contraste que tiene, nos permite visualizar bien todas las estructuras anatómicas, los nódulos y sus características en cuanto a tamaño y morfología, así como evaluar las lesiones primarias, las estructuras que se encuentran en relación con ellas, el compromiso ganglionar de la zona o la presencia de metástasis. En este caso, se puede ver bien la masa en la radiografía de tórax porque la enfermedad está lo suficientemente avanzada como para que adquiera un tamaño considerable y visualmente bueno, pero si tuviéramos un paciente con síntomas similares en el que no hubiera progresado tanto, quizás no sería tan fácil de observar; por lo que un TC sería de gran utilidad. Además, esta última prueba de imagen es la que se utiliza actualmente para confirmar el diagnóstico, hacer seguimiento y evaluar los resultados del tratamiento en pacientes oncológicos, y combinado con el PET; es decir, haciendo un PET-TC obtenemos la ventaja de evaluar metástasis a distancia, así como mejorar la exactitud del estadiaje del cáncer de pulmón de células pequeñas. En el TC de nuestro paciente, vemos que se ha hecho con contraste iv porque se visualizan los vasos con alta densidad (hiperdensos), también se diferencia bien la masa en el hilio derecho extendiéndose hacia el LSD debido a que es más densa que los pulmones, ya que estos contienen aire y en la ventana en la que se encuentra la imagen se ven oscuros; así como también se observan algunas adenopatías hiliares y mediastínicas adyacentes a la lesión. En conclusión, ante un cuadro que dé este tipo de clínica, el estudio además de incluir una radiografía simple de tórax, debe completarse con un TC como en el caso que he expuesto.