DIAGNÓSTICO FINAL: fractura falange proximal del quinto dedo.
DISCUSIÓN:
Para la sospecha de fracturas de dedo es importante realizar una buena exploración física y una radiografía simple.
En la exploración física tenemos que comprobar si presenta:
Deformidad. En este caso veremos el dedo afectado más corto que el de la mano sana, presentará rotación, estará desplazado, o en general alguna deformidad física que nos de pistas de una fractura.
Tumefacción. En caso de una fractura también es común presentar tumefacción en la zona afectada ya que se trata de un proceso inflamatorio, además, este se verá acompañado de dolor en la mayoría de los casos.
Estabilidad. Es importante comprobar si la fractura es estable o inestable, según el patrón de la rotura observado en la radiografía. En la mayoría de los casos cuando en la radiografía se observan fracturas con múltiples fragmentos, fracturas oblicuas, o fracturas intraarticulares, se considera inestable. Mientras que las fracturas estables podrían ser las transversas. La estabilidad es un punto clave para predecir el pronóstico del paciente, ya que las fracturas inestables son bastante más propensas a producir desplazamientos y salirse de su posición, por lo que el tratamiento será más complejo y restrictivo en la mayoría de los casos.
En nuestro caso la paciente presenta una fractura oblicua, pero los médicos la han catalogado como estable, por lo que el tratamiento en principio consiste en inmovilización con sindactilia en 4-5 dedos y férula antebraquial dorsal en intrinsecos plus con prolongación para 4 y 5 dedos. No obstante se contempla una posible cirugía en función de la evolución de la lesión.
El método diagnóstico de elección para las sospechas de fracturas de hueso es la radiografía simple desde distintos ángulos, ya que si en anteroposterior no se observa la fractura, que haya más imágenes para poder encontrarla. Se usa la radiografía y no otros métodos diagnósticos como tomografía computarizada o resonancia magnética por varios motivos. La rapidez y disponibilidad de las radiografías, el costo es menor, la radiación a la que se expone el paciente a la hora de realizarse una radiografía también es bastante menor que en una tomografía computarizada o una resonancia magnética. Además, en las radiografías se ven con total claridad las lesiones óseas, si se viese algún ligamento o tendón involucrado tendríamos que complementar la radiografía con las otras técnicas mencionadas anteriormente. En este caso con una radiografía desde varios ángulos y una buenas exploración física, ha sido suficiente, y siempre hay que evitar hacer pruebas complementarias que no sean necesarias para optimizar la sanidad pública.