DIAGNÓSTICO FINAL: Neumonía con empiema.
DISCUSIÓN:
Según la historia clínica en un principio nos puede hacer pensar que los síntomas sean debidos a un proceso infeccioso en la zona abdominal. Es por esto que en un primer lugar se realiza una ecografía abdominal ya que es una prueba inocua, de bajo coste, fácil de realizar y que aporta mucha información para el diagnóstico clínico y toma de decisiones. Es muy útil ya que puede ayudar a orientar o confirmar diagnósticos en múltiples ocasiones, entre las que se encuentran los dolores en hipocondrio derecho, pues permite identificar en ocasiones la causa del dolor, como pueden ser alteraciones de la vía biliar intrahepática, colelitiasis, dilataciones de la vía biliar, etc.
Sin embargo en la ecografía no se encontró nada de interés, por lo que se debe realizar otra prueba. Se le realiza un TC abdominal con contraste iv ya que es una prueba muy precisa y completa, y que más extensión abarca. Al observar alteraciones en pulmon derecho, se amplio el TC al tórax. Combina el uso de radiación ionizante con la tecnología computarizada, obteniéndose imágenes seriadas que tras el procesamiento informático resultan en una reconstrucción del cuerpo anatómico. Se emplea contraste yodado intravenoso para valorar los órganos con más detalle. Gracias a que es muy eficaz en demostrar anomalías del parénquima pulmonar se pudo identificar que existía una consolidación con derrame pleural y con realce de la pleura a nivel del LID pulmonar.
Gracias a estos hallazgos se diagnosticó una neumonía con empiema. El empiema se define como la presencia de pus en el espacio pleural, y la mayoría son derrames pleurales paraneumónicos complicados, aunque no todos se asocian con neumonía. La morbilidad y mortalidad de los pacientes con neumonía aumentan cuando desarrollan derrame pleural.
Para el tratamiento del empiema se colocó un tubo pleural para drenarlo. Su colocación está indicada en los derrames pleurales complicados. Es importante colocar el drenaje tan pronto como se establezca el diagnóstico para realizar un buen drenaje. Hay que valorar la utilidad del drenaje a las 24 horas, y debe verse una mejoría clínica y radiológica. En el caso de que a las 24-48 horas de la colocación del drenaje siga habiendo síntomas notables se debe realizar un TC para comprobar que está habiendo mejoría y que no hay complicaciones, como puede ser la persistencia de líquido tabicado, la obstrucción del tubo por pus espeso o mala colocación, la existencia de una neumonía subyacente necrosante o extensa, etc. En caso de que no exista evidencia de problema mecánico que se pueda resolver movilizando el drenaje, hay que valorar la utilización de fibrinolíticos o de tratamiento quirúrgico.