Diagnóstico final: Carcinoma epidermoide de pulmón estadio IVb
Discusión:
Explicación del caso:
Este paciente acudía al hospital por sospecha de bronquitis aguda. Necesitamos hacerle una prueba que nos permita detectar el origen de esa posible bronquitis. En este caso la prueba de elección es la radiografía de tórax, porque irradiando menos que otras pruebas, nos permite ver los pulmones en busca de alteraciones significativas. Generalmente, suele ser la primera prueba que se realiza para estudiar los pulmones. En la radiografía, aparece una masa cavitada en el lóbulo superior izquierdo. Dado a que había fumado durante tantos años y que es un hombre de edad avanzada, la sospecha de cáncer es alta.
Por tanto, se realiza una TC. La TC tiene una mayor sensibilidad para la detección de cáncer que la radiografía de tórax. Además, permite evaluar mejor las características del tumor para poder estadificarlo: el tamaño, la infiltración y posición, adenopatías y posibles metástasis. El objetivo de esta prueba es confirmar que la masa es de origen tumoral y en el caso de que lo fuera, estadificarla. La masa cumple dos criterios que la clasifican como T4. Mide unos 9 cm de largo, superando los 7 cm necesarios para clasificarla como tal, e infiltra el mediastino, donde produce una estenosis de la arteria pulmonar izquierda. Además, en otros cortes se observaban adenopatías que clasificaban al tumor como N3. Por último, no se llegó a valorar la metástasis en el momento en el que yo estuve rotando. Se encontró una posible adenopatía en la glándula suprarrenal izquierda, que se debería completar con un estudio PET-TC para confirmar la metástasis.
Diagnóstico radiológico del cáncer de pulmón
Los tumores pulmonares pueden ser de cuatro tipos: adenocarcinoma o carcinoma de células epiteliales, de células grandes o de células pequeñas. Los de células grandes y células epiteliales son los dos tipos que pueden producir tumores cavitados. En la radiografía simple observamos una especie de masa con una cavidad en su interior, parecida a un absceso o foco tuberculoso. Sin embargo, hay varias cosas que orientan la sospecha diagnóstica hacia un cáncer de pulmón:
- La clínica: el paciente ha fumado durante muchos años, lo cual es un factor de riesgo para el cáncer de pulmón. Además no presenta fiebre ni otros signos clínicos de infección.
- Radiología: en la radiografía no se observa ni neumonía, ni consolidación ni inflamación del tejido pulmonar, los cuales son signos de infección. Además, la cavidad no tiene un contenido hipointenso, como sería el caso de un absceso o foco tuberculoso. Dentro de la cavidad aparece una zona hiperdensa que corresponde con atelectasia del parénquima pulmonar, probablemente debido a la necrosis del interior por falta de suministro sanguíneo.
La TC nos aporta una mejor visión de la masa tumoral. Nos permite analizar características más concretas de la masa para determinar si es benigna o maligna. Aparte del gran tamaño, hay varios factores que demuestran que es una neoplasia maligna: bordes irregulares, una pared gruesa, localización en el lóbulo superior, infiltración mediastínica.
Todos estos datos radiológicos sumados con la clínica apoyan el diagnóstico de carcinoma epidermoide de pulmón estadio IVb.