DIAGNÓSTICO FINAL: Pericarditis constrictiva.
DISCUSIÓN
Radiografía de tórax. En la proyección PA, observamos que la paciente presenta un pinzamiento del seno costofrénico derecho y opacidad del campo pulmonar inferior derecho. También se observa cardiomegalia y una fina línea radioopaca que define el borde cardiaco. En la proyección lateral confirmamos la línea densa que recubre el corazón. La radiografía ha sido la primera técnica de elección, ya que nos permite descartar la etiología pulmonar y nos muestra que hay afectación cardíaca y además es una técnica sencilla, eficaz y de bajo coste.
Sin embargo, esta prueba no es suficiente para confirmar la pericarditis constrictiva, pues debemos comprobar que la etiología de la patología radica en que el pericardio rígido impide la correcta función cardíaca y no en otras causas, como podría ser la disfunción del miocardio propiamente dicho, ya que la cardiomegalia junto a la clínica de la paciente (insuficiencia respiratoria, fatiga y edema) nos puede llevar a pensar en algún tipo de insuficiencia cardíaca que impida la eyección de sangre suficiente para satisfacer las necesidades del individuo y que provoque el acúmulo de sangre en los pulmones y la circulación menor.
TC simple de tórax y abdomen, reconstrucción coronal. Se observa el pericardio calcificado, lo que nos permite confirmar que lo que impide la correcta eyección de sangre es la dificultad del corazón para bombear ante la falta de distensión y rigidez del pericardio. El TC también nos permite ver una ingurgitación de la vena cava infrahepática y venas ilíacas que se produce a raíz del dificil retorno venoso. Esto explica el edema que presenta la paciente en el miembro inferior. Otros síntomas que podría haber presentado la paciente son hepatomegalia o ascitis. La tomografía es de utilidad, además de para confirmar el diagnóstico, para el momento de planificar la cirugía.
Sin embargo, el diagnóstico diferencial más importante debe hacerse con respecto a la miocardiopartía restrictiva, pues en ambas existe un fallo cardiaco en presencia de ventrículo izquierdo no dilatado ni hipertrófico y en ambas puede presentarse una ingurgitación venosa, edemas, hepatomegalia, etc. En la miocardiopatía restrictiva, la disminución del bombeo se produce porque los ventrículos pierden su elasticidad, es decir, se vuelven más rígidos, lo que hace que disminuya la cantidad de sangre eyectada.
En este caso, es fácil confirmar la pericarditis constrictiva porque se aprecia muy bien la calcificación del pericardio, pero como se ha mencionado antes, no siempre se presenta esta calcificación, lo que complicaría el diagnóstico diferencial, teniendo que recurrir a otras técnicas radiológicas como podría ser la ecocardiografía para medir el engrosamiento del pericardio.
El tratamiento en pacientes con pericarditis constrictiva crónica es la pericardiectomía radical. Sin embargo, en aquellos pacientes que se encuentran en estadíos iniciales de la enfermedad, se intenta primero el tratamiento con antiinflamatorios para intentar que la pericarditis remita por sí sola.