El primer corte corresponde a la cavidad pelviana. Podemos ver una gran cantidad de líquido libre en la cavidad peritoneal –ascitis–.
La imagen de la derecha corresponde a un corte más superior, a nivel del polo inferior de los riñones. Se observa la misma imagen separando las asas intestinales. Es importante mencionar el realce del peritoneo, signo de inflamación o infiltración neoplásica.
DIAGNÓSTICO FINAL
Peritonitis
DISCUSIÓN RADIOLÓGICA
Podemos clasificar la ascitis en benigna y maligna. En una prueba de abdomen, como puede ser la ecografía, denominamos ascitis maligna a la presencia de líquido libre secundario a un proceso neoplásico. Es relativamente frecuente en sujetos con cáncer de colon, mama, páncreas…
Ecografía: la ascitis se ve hipoecoica en una ecografía, hipogenicidad que se desplaza al mover el abdomen. Se observa separación de estructuras debido a la presencia de líquido entre ellas. Esta prueba permite detectar mínimas cantidades de líquido ascítico.
TAC: en esta prueba la ascitis se ve como una masa de densidad agua que dependiendo de su magnitud puede separar las asas intestinales y otras vísceras.
Es importante añadir que el peritoneo en condiciones normales no se ve en una prueba de abdomen; el realce que podemos describir al ver las imágenes sugiere una inflamación del mismo (peritonitis). Además, aunque no se ha mencionado antes, podemos distinguir un omento engrosado, más conocido como Omental Cake. Este signo radiológico se debe a la infiltración del omento por material de densidad de partes blandas y suele acompañarse de ascitis maligna. El Omental Cake puede ser producido por metástasis, linfomatosis, cáncer de ovario y tuberculosis peritoneal entre otros, por esto parece razonable hacer un diagnóstico diferencial con estas patologías.
En nuestro caso un examen microbiológico estableció la tuberculosis como causa. Esta patología puede ser resultado de una diseminación vía hematógena o linfática de una tuberculosis cuyo foco primario se encuentra alejado (la mayoría de las veces pulmón) o, en menor medida, ser una lesión de contigüidad de otras lesiones intestinales o de la trompa de Falopio. Encontramos 3 tipos, que según la fuente se clasifican en: húmeda, loculada y fibroadhsesiva/seca o bien: húmeda, seca y fibrótica.