En pediatría, ante casos clínicos de patología abdominal la técnica de imagen de primera elección es la ecografía.

La ecografía presenta ventajas respecto al resto de pruebas de imagen: es no ionizante y por tanto inocua, sin efectos secundarios descritos ni contraindicaciones conocidas (punto determinante para su uso en niños, más sensibles a la radiación), es indolora, rápida y desplazable, por lo que su accesibilidad es inmediata. Además, es particularmente buena en pediatría ya que gracias a la mayor proporción de agua de los niños y al menor estrato graso, tiene respectivamente una mejor transmisión del sonido y se obtienen imágenes de mayor resolución.

En los casos de urgencia abdominal en pediatría lo primero es confirmar la sospecha clínica o aportar el diagnóstico y para ello hay que seguir un orden secuencial de pruebas, por ejemplo: ante un problema de vías urinarias la prueba de elección sería la Ecografía abdominal, después la Cistografía y la Urografía.