Un ictus es un trastorno de la circulación cerebral que ocasiona una alteración transitoria o definitiva del funcionamiento de una o varias partes del cerebro. Un ictus puede ser hemorrágico o isquémico. Lo primero que tenemos que hacer es descartar ante qué tipo de ictus estamos, isquémico o hemorrágico. Podríamos usar una tomografía axial computorizada o TAC y la resonancia magnética o RM. La principal ventaja del TAC sobre la RM amplia disponibilidad, rapidez. Además de detectar la hemorragia, la TC permite detectar signos precoces del infarto (hipoperfusión y edema) y el diagnóstico diferencial con otras lesiones como neoplasias.
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Al realizar la prueba correspondiente, un TC Sin contaste, aparece esta imagen (img 1). Señale la respuesta verdadera.