COMENTARIO
El término “liposarcoma” hace referencia a un conjunto de cánceres que abarca desde lesiones de comportamiento esencialmente benigno a otros de franca malignidad, más agresivos, susceptibles de recidivar y /o de metastatizar (es decir, de diseminarse). Las decisiones relativas al tratamiento y cuidados posteriores de los pacientes con liposarcomas vienen determinadas por las características y patrones de comportamiento que se conocen de los distintos subtipos existentes. Aunque muchos de los principios que rigen la evaluación y el manejo de otros tipos de sarcomas de partes blandas son sin duda aplicables al liposarcoma, éste cuenta con rasgos propios que le son únicos y que merecen una especial atención.
Técnicas de Imagen
Tras la cuidadosa elaboración de la historia clínica y el examen físico exhaustivo se procede al estudio de la masa mediante técnicas de imagen. Para lesiones situadas en una extremidad éstas comienzan con una placa radiológica convencional RX (en este caso no se realizón como 1º opción), que permitirá elucidar si existe o no afectación ósea. Seguidamente, se procede a realizar una resonancia magnética, con y sin contraste. Los liposarcomas muestran hallazgos propios y distintivos en la resonancia que permiten sugerir el diagnóstico antes incluso de la realización de una biopsia; de nuevo la especificidad de estos hallazgos depende en gran medida del grado de similitud entre la neoplasia y la grasa normal (es decir, de cuán bien diferenciada sea).