Cargando pagina por favor espere...

  Inicio   |   Contactar   |   Aviso legal  
     

Caso 17

     
 

Autor:

 

Carmen González Tudela

 

 

DIAGNÓSTICO FINAL

La aguja se ve hiperdensa, de densidad metal, y esta penetrando en el espacio intraarticular derecho ya que el paciente esta en decúbito prono.

La infiltración intraarticular de corticoides de liberación lenta son una opción a considerar en pacientes con espondilitis anquilosante con sacroileítis. A estos pacientes se les suele pautar numerosos analgésicos y corticoides orales que no consiguen aliviar el dolor. Es en este contexto, habiendo agotado las primeras opciones, cuando se ha de recurrir a este procedimiento

El artículo de Althoff et al. evalúa el nivel de reducción del dolor que ejerce esta técnica en este tipo de pacientes. En él se llega a la conclusión de que la disminución del dolor con este tratamiento es muy significativa y además prolongada en el tiempo.

El procedimiento lo realizan con control por TAC. Al paciente se le coloca en decúbito prono sobre la camilla del TAC y la inyección se realiza en todos los casos intentando alcanzar el espacio intraarticular. Sin embargo en unos pocos casos no se llegó a él, realizándose una infiltración periarticular en lugar de intraarticular. Los resultados de la disminución del dolor fueron evaluados con una escala análoga del dolor visual en la que se puntuaba del 1 al 10 (de menor intensidad a mas) el dolor pre y post-procedimiento.

Haz click en las imágenes para verlas ampliadas

Los resultados expuestos en la tabla demuestran, por un lado, que la infiltración periarticular no es efectiva, aunque éste no era uno de los objetivos del estudio. Por otro lado, queda en evidencia que la inyección intraarticular del fármaco reduce considerablemente el dolor en los pacientes sosteniéndose el efecto además 6 meses. De esta manera concluye el artículo demostrando la efectividad de la técnica y la compara con otras realizadas con distintos controles. En todos los casos queda el TAC por encima de ellas, excepto en la RMN. De ella señalan que evita la radiación al paciente, sin embargo todavía es demasiada cara y no se puede utilizar en todas las personas (obesos, marcapasos, claustrofóbicos). Es por esto que reiteran la eficacia de la prueba guiada por TAC, aunque no descartan la posibilidad de que en un futuro la RMN pueda relegar al TAC.