Concluiríamos, finalmente, que se trata de una neumonía. Para diagnosticarla, lo primero que hay que hacer siempre ante una patología torácica es una radiografía simple de tórax. A continuación, y para afinar más en el diagnóstico, habría que realizar un TAC. Tanto en la radiografía como en el TAC se aprecian infiltrados basales, que podrían deberse a una enfermedad crónica por exposición a profesional. Esto se explica porque el paciente trabajó como molinero. Puede apreciarse la condensación típica de la neumonía en el lóbulo superior derecho y el signo de broncograma aéreo.
La neumonía es generalmente causada por la bacteria Streptoccocus pneumoniae, sobre todo entre personas de edad avanzada y que además cuentan con patología pulmonar de base. Para su diagnóstico, hay que basarse en la clínica de infección aguda acompañada de un infiltrado pulmonar de reciente aparición en la radiografía de tórax. El cuadro clínico típico tiene un comienzo brusco en menos de 48 horas, con escalofríos, fiebre alta, tos productiva, expectoración purulenta y dolor torácico pleurítico. Las pruebas de laboratorio y la bioquímica, tales como el hemograma, son esenciales, así como la radiografía de tórax, que ayuda a establecer, no solo el propio diagnóstico, sino también su extensión, localización y si hay enfermedades pulmonares asociadas. Otras técnicas que podrían realizarse son un hemocultivo o un análisis del esputo. En el tratamiento de la neumonía hay que administrar antibióticos, como betalactámicos o vancomicina.