DIAGNÓSTICO FINAL: CARCINOMA BRONCOGENICO
Las pruebas de imagen solicitadas y la Historia Clínica del paciente, hacen posible establecer un diagnóstico final de carcinoma broncogénico. Aunque se han desglosado los hallazgos sugestivos de carcinoma pulmonar que las pruebas de imagen aportan, procederemos, de forma detallada, a establecer una discusión final de este diagnóstico.
La correlación clínica es fundamental en el diagnóstico:
- Los tumores pulmonares de localización central (carcinoma epidermoide y microcítico) dan clínica por obstrucción bronquial: cursan con tos productiva y, frecuentemente, hemoptisis. La epidemiología también juega un importante papel en este caso, ya que este tipo de neoplasias suelen aparecer en individuos mayores de 40 años y fumadores. Asimismo, cuando obstruyen completamente la luz bronquial pueden ocasionar atelectasia que produce un leve desplazamiento del mediastino. Este desplazamiento es realmente sutil y no exagerado como el que produce el pulmón “blanco” (radiológicamente hablando) por derrame pleural o atelectasia masivos.
- Los tumores de localización periférica (carcinoma anaplásico de células grandes y adenocarcinoma) suelen ser asintomáticos hasta fases avanzadas. Dan clínica de dolor pleurítico y tos irritativa. Además, el adenocarcinoma no se asocia a tabaquismo.
Teniendo en cuenta estas descripciones clínico-radiológicas, nuestro caso se corresponde con un tumor de localización central: epidermoide o microcítico (anaplásico de células pequeñas).
Estableciendo un diagnóstico diferencial entre ambos, podemos describir:
- El carcinoma epidermoide es el cáncer de pulmón más frecuente en España. Afecta sobre todo a lóbulos superiores y se presenta como una masa central. Es la causa más frecuente de masa maligna cavitada y síndrome de Pancoast (este hallazgo no ha sido registrado en las pruebas de imagen efectuadas). Es imprescindible volver a mencionar la estrecha relación de esta neoplasia con el tabaquismo.
- El carcinoma anaplásico de células pequeñas es el tumor que más frecuentemente secreta hormonas y péptidos, por lo que produce con frecuencia síndromes paraneoplásicos (no es nuestro caso).
Teniendo en cuenta ambas descripciones, nuestra sospecha se acerca al diagnóstico final de carcinoma pulmonar epidermoide.
Aún así, el diagnóstico final del tipo de cáncer se podría determinar, fundamentalmente, mediante tres técnicas: citología del esputo, broncoscopia o fibrobroncoscopia, o punción con aguja fina.
Cabe destacar, como prueba complementaria a la placa de tórax y sustitutiva, o complementaria igualmente, a la TC, la Tomografía por Emisión de Positrones. La PET-TC (combinación de ambas técnicas, PET y TC) identifica la actividad metabólica de las células mediante la inyección en vena de una sustancia (“azúcar”) marcada radiactivamente. En las imágenes radiológicas, las células malignas destacan como áreas de alta actividad.