Las imágenes de la TC confirman la presencia de la masa localizada mayoritariamente en mediastino superior que desvía la tráquea hacia la derecha y además reduce el calibre de la misma por compresión. Vemos además que la masa no invade los vasos circundantes, si no que se abre paso entre ellas; esta es una característica fundamental de las variantes neoplásicas tipo linfoma.
DIAGNÓSTICO: Linfoma
Un linfoma es una proliferación maligna de linfocitos (células defensivas del sistema inmunitario), generalmente dentro de los nódulos o ganglios linfáticos, pero también puede afectar a otros tejidos como el hígado y el bazo. Dicho de otra forma, es un cáncer que se inicia en el tejido linfático. Durante el desarrollo de esta enfermedad se produce una merma en el funcionamiento del sistema inmunitario, que será más severa cuanto más se haya diseminado la enfermedad. Si la médula ósea se ve afectada pueden producirse anemia u otros cambios en las células de la sangre.
Por regla general los linfomas, se presentan como ganglios linfáticos aumentados de tamaño que, cuando aparecen en zonas accesibles como el cuello, las axilas o la ingle se pueden palpar. Estas adenopatías no suelen ser dolorosas. Cuando aparecen en zonas menos accesibles (abdomen, mediastino, etcétera) pueden pasar desapercibidos, por lo que el diagnóstico es más difícil y sólo se consigue cuando aparecen otros síntomas que obligan a realizar estudios más exhaustivos. Estos síntomas pueden ser fiebre superior a los 38 grados, sudoración nocturna profusa y pérdida inexplicable de peso (superior al 10 por ciento en seis meses). Otras manifestaciones locales serían adenopatías periféricas o esplenomegalia.
Hay 2 tipos principales de linfoma. El linfoma de Hodgkin o enfermedad de Hodgkin; y todos los demás tipos de linfoma llamados linfomas no Hodgkin.
En el linfoma de Hodgkin (LH) se producen de forma descontrolada unas células linfoides atípicas, denominadas de Reed-Sternberg, que parecen originadas en los linfocitos B, causando el aumento de tamaño de los ganglios de una región del organismo para extenderse con el tiempo a otras áreas ganglionares vecinas, al bazo o la médula ósea. Dado que el tejido linfático se halla repartido por todo el organismo, el LH puede originarse en casi cualquier parte pero, por lo general, aparece en los ganglios linfáticos de la parte superior del cuerpo, siendo el tórax, el cuello y las axilas las áreas más comunes. Tiene una distribución bimodal, afectando bien a personas jóvenes, de entre 15 y 35 años- como es nuestro caso-, bien a mayores de 55 años.
El grado de diseminación del cáncer se suele describir como estadios. A diferencia de los linfomas no hodgkinianos, el LH se disemina de forma ordenada de un grupo ganglionar a otros contiguos: sigue la disposición de la circulación linfática y después al bazo, hígado y médula ósea.
Para un diagnóstico preciso, es necesaria una biopsia de uno de los ganglios aumentados de tamaño y un estudio de extensión de la enfermedad, es decir, exploraciones complementarias para averiguar cuántos territorios ganglionares se hallan afectos: análisis de sangre, pruebas de imagen (Rx, ecografía, gammagrafía, TC y/o RM); y una biopsia medular (biopsia del hueso de la cadera) para valorar el estado de la médula ósea.
Secuencia diagnóstica: la primera prueba a realizar ante un paciente con sintomatología que haga sospechar de patología torácica siempre será la radiografía simple (proyecciones PA y lateral); por tratarse de un método rápido, barato y sencillo, que nos aporta gran cantidad de información sobre las estructuras torácicas. En este caso concreto, la imagen radiográfica evidencia una posible masa mediastínica. Por esto,el siguiente estudio a realizar sería un TC de tórax, dado que es una técnica muy sensible para valorar los límites y la extensión de la masas sospechosas.
Una vez establecido el diagnóstico y el tratamiento, pasaremos a valorar la evolución del paciente. En la actualidad, gracias al uso de otras técnicas como el PET-TC (tomografía por emisión de positrones), conseguimos determinar con mayor precisión la estadificación, la respuesta al tratamiento y detectamos más precozmente la recurrencia de los carcinomas en general.