Vemos claramente una hiperdensidad en la zona posterior del parénquima pulmonar izquierdo, en su lóbulo inferior.
Al querer definirla debemos ver que no tiene nivel hidroaéreo, sí densidad agua, está bien definida, no está calcificada, ni cavitada, ni rodeada por ninguna membrana, tiene un tamaño considerable (mayor que un nódulo) y tiene cierta heterogeneidad interna. Habremos de pensar que probablemente sea una masa.
Y, para saber que es pulmonar, solo hace falta ver que recorre la silueta típica del parénquima pulmonar, circunscribiéndose a ella, sin introducirse en la pared torácica y presentando en su parte anterior alguna irregularidad, propia de la forma de las vías respiratorias del parénquima pulmonar.
Diagnóstico:
Hemos establecido ya que se trata de una masa intrapulmonar, de esta forma, ahora hay que averiguar su causa.
Una masa podría tener diversas identidades, pero cuando nos fijamos en ciertos detalles podemos ir excluyendo algunas. En este caso, vemos que está en parénquima pulmonar, que es hiperdensa, que es más nítida o definida que como podría ser una consolidación, que no tiene calcificaciones, no está cavitada, ni tiene niveles hidroaéreos, y tampoco membrana, típica de quistes, por ejemplo.
Por lo tanto, el diagnóstico más probable, como tumor pulmonar más común, será el cáncer broncogénico. Uno de los cánceres más incidentes que hay en oncología.
Discusión:
Un tema interesante a desarrollar sería la relación de la prueba de imagen tomografía computarizada con el carcinoma de pulmón, debido a su conexión con el caso expuesto, con la asignatura y con una patología tan importante hoy en día como para ser de las mayores causas de muerte.
La TC es un método diagnóstico muy útil para diversas patologías, a veces corroborando sospechas provenientes de una radiografía. Así, a nivel torácico, en el tema que nos ocupa, representa una herramienta fundamental por mostrarnos muchos más detalles e información que una radiografía, por ejemplo.
Debemos tener en cuenta que la interpretación de los resultados depende en cierta medida del profesional que los reciba.
De este modo, las alteraciones del parénquima pulmonar tienen una detección común considerablemente buena. Aunque se ve reducida en casos en los que el médico encargado no es especialista de la región torácica, personas que sí que resultarían más indicadas, como expertos, para casos de radiodiagnóstico más difíciles o poco claros. Para gente no tan experta resultan útil reglas básicas como FIBROVAKIM, que nos pueden ayudar a la hora de detectar las patologías pulmonares más características, graves o tratables de forma urgente: FI (fibrosis), BRO (afectación bronquial), VA (enfermedad vascular o cardíaca), K (cáncer), I (infección) y M (causa medicamentosa).
Sin embargo, hay estudios que se han llevado a cabo para analizar esto, y hay ejemplos en los que se ha concluido que, tras hacer una primera lectura de imágenes de TC, los diagnósticos realizados por diversos especialistas tienen una menor concordancia que cuando, tras esta primera lectura, ponen en común de forma anónima esos diagnósticos y el médico puede revisar su diagnóstico personal de forma definitiva.
Por otro lado, no solo compartir información o estar más especializado mejora el diagnóstico, también se ha encontrado bastante utilidad en los programas de Diagnóstico Asistido por Ordenador, que confieren la posibilidad de complementar las observaciones del radiólogo sobre la prueba realizada, de forma que perdemos menos detalles y menos datos, que pueden ser relevantes en el proceso diagnóstico.
Hemos de tener en cuenta también vías que puedan ayudarnos en casos en los que la TC no ofrece un diagnóstico fiable a nuestro criterio. Por ello se hacen estudios, como uno de los referenciados en Bibliografía, que posiciona a la PAAF como un buen método para asegurar esos diagnósticos.
Por último, hay que destacar que la mortalidad por esta enfermedad es muy elevada, y como tal influye mucho la precocidad con la que diagnostiquemos la patología en el paciente. Esto suele ocurrir cuando da sintomatología, siendo a veces esto cuando la lesión está en un estadio avanzado y con pocas opciones curativas. Por ello, es una importante vía de investigación el encontrar pruebas que nos sirvan como eficaces test de cribado.
Hay potenciales herramientas que podrían tener este fin, como la citología de esputo, la radiografía torácica y la TC. Por ejemplo, se ha corroborado una gran disminución de la mortalidad (alrededor de un 20%) en los casos de cribado con TC de baja dosis. Sin embargo, surgen problemas como: los falsos positivos, el coste, los hallazgos incidentales, la radiación y el sobrediagnóstico. Actualmente, se siguen evaluando tests con TC de baja dosis y el uso de biomarcadores en evaluaciones de riesgo y diagnósticos, intentando unos futuros beneficios para estos pacientes.