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Caso 73

     
 

Autor:

 

Marina García Gómez / Amina Dzenanovic

 

 

La prueba más indicada para el diagnóstico de los nódulos es la Tomografía Computarizada, pues es la técnica de elección para el estudio del parénquima pulmonar. Con la TC podremos orientar el diagnóstico hacia una patología neoplásica, cicatricial o malformativa. Ante esta clínica debemos pensar en lesiones residuales, pues no han experimentado cambios en los últimos años y no tienen manifestaciones clínicas en la paciente. Además, se trata de una chica joven sin hábitos tóxicos, por lo que no es adecuado pensar como primera opción en una patología neoplásica maligna.

La radiografía lateral no aportaría más información relevante de la que ya se tiene con las radiografías posteroanteriores previas. Como la paciente ya tiene una radiografía de tórax reciente, lo más adecuado es hacer un TC.

La Resonancia Magnética Nuclear (RMN) no es la técnica más adecuada para explorar el pulmón.

El PET-TC no está indicado porque primero se debe descartar el origen neoplásico de los nódulos con un TC normal y después se realizaría el PET-TC para comprobar si se tratan de ‘nódulos calientes’ (captantes) o ‘nódulos fríos’. Además, la paciente es muy joven y con esta prueba estaría recibiendo el doble de radiación, por lo que está contraindicada hasta tener más información sobre las lesiones. En el PET-TC se combina la radiación ionizante del TC con la emitida por los isótopos radiactivos de la Medicina Nuclear (Tomografía por Emisión de Positrones).

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