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El reflujo vesicoureteral (RVU) se define como el paso retrógrado no fisiológico de la orina desde la vejiga al uréter, probablemente debido a una disfunción de la unión ureterovesical. La importancia clínica del RVU en los niños ha venido determinada por su asociación con la presencia de infecciones urinarias de repetición y el posible establecimiento de un daño renal crónico que conduzca a la progresión a insuficiencia renal.
El RVU se clasifica, según el grado de reflujo, en:
- Grado I: I. El reflujo sólo alcanza el uréter sin dilatarlo.
- Grado II. El reflujo alcanza el uréter, la pelvis y los cálices renales sin dilatarlos.
- Grado III. El reflujo produce una ligera dilatación del uréter, pelvis y cálices renales con preservación de los fórnix.
- Grado IV. Moderada dilatación uretero-pielo-caliciliar con cierto grado de tortuosidad.
- Grado V. Gran dilatación uretero-pielo-caliciliar con tortuosidad severa, con pérdida de la morfología caliciliar normal y de la visualización de las impresiones papilares.
Ante un paciente pediátrico de entrada debemos realizar una ecografía por su menor capacidad invasiva y la ausencia de radiación ionizante. Una vez que observamos la persistencia de hidronefrosis en el riñón izquierdo pasaremos a realizar la Cistografía para descartar posible reflujo vesicoureteral. En este caso la CUMS reveló un reflujo ureteral bilateral, viendo como el contraste asciende por los uréteres hasta alcanzar la pelvis y los cálices renales produciendo una pequeña dilatación.