Ante un paciente politraumatizado, se realizará un TC abdominal cuando exista traumatismo tóraco-abdominal grave y el enfermo pueda trasladarse por su estabilidad clínica. Comparada con la ecografía, la TC es menos operador dependiente y no está limitada por heridas superficiales, enfisema subcutáneo, obesidad o gas intestinal. Además, la información es más completa y reproducible. Por lo tanto, la TC es importante en el manejo inicial del traumatismo abdominal cerrado para el diagnóstico de hemorragia intraabdominal, lesiones hepáticas y esplénicas. (1)
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