El TAC de cráneo sin contraste sería la prueba de elección en primer lugar ya que nos proporcionará información a cerca de si la lesión es isquémica o hemorrágica para de esa manera poder decidir si se le aplica al paciente un tratamiento trombolítico o no. Se realizaría sin contraste porque debido a que en la fase aguda del ictus la sangre es hiperdensa no se podrían valorar las lesiones hemorrágicas.
En segundo lugar también es útil para descartar otras causas no vasculares causantes del cuadro clínico como un traumatismo o metástasis.
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