En la MIP se observa, de forma clara, que el paciente tiene una malformación en el polígono de Willis. La arteria cerebral anterior derecha no posee su segmento A1, y su porción A2 depende de la arteria contralateral a través de la arteria comunicante anterior. Esto puede ser un factor de riesgo para la generación de un aneurisma en la confluencia de ambas, es decir, en la arteria comunicante anterior.
DISCUSIÓN RADIOLÓGICA
Este caso comprende el estudio por técnicas de imagen de un paciente cuyo motivo de consulta es un permanente olor a frito. Ante estos antecedentes, y con la sospecha de una posible alteración de las regiones cerebrales olfatorias, inicialmente se le preescribe la realización de un TC cerebral, prueba de primera línea para el estudio por técnicas de imagen del parénquima cerebral, a pesar de la mayor sensibilidad de la RM.
En la prueba se observa un nódulo redondeado hiperdenso en la porción anterior del polígono de Willis, que sugiere una dilatación o aneurisma de la misma. En ocasiones se observan calcificaciones periféricas, pero no es el caso. Como se observa que es una alteración vascular, se realiza una angio-TC y, a partir de esta, otras reconstrucciones que definen mejor el árbol vascular cerebral globalmente.
La angio-TC requiere el uso de un contraste yodado intravenoso y es la primera técnica que se emplea para el diagnóstico y el seguimiento de alteraciones vasculares cerebrales, como los aneurismas intracraneales, debido a su gran resolución (delimita mejor el nido y las estructuras vasculares relacionadas). La angio-RM también es útil pero la resolución espacial es peor. Quizás podría considerarse el Doppler intracraneal pero la resolución tampoco es la más adecuada. Además, la sensibilidad y la especificidad del angio-TC es de un 80% para aneurismas menores de 4 mm y de un 90% para los mayores de 4 mm. El valor predictivo negativo es un 67% por lo que si hay sospecha de aneurisma y este estudio sale negativo, se recomienda hacer una angiografía digital.
En este caso, la angio-TC confirma el aneurisma, su localización y la malformación causante del mismo, pues en este paciente la arteria cerebral anterior no presenta una disposición normal si no que nace de la homóloga del lado izquierdo. Con estas evidencias se puede diagnosticar finalmente que se trata de una anomalía que ha favorecido un aneurisma en la arteria comunicante anterior del polígono de Willis y que por su pronóstico, requiere de seguimiento y tratamiento urgente.