El TC craneal simple es la prueba que elegiríamos en primer lugar ya que es rápida, permite acomodar equipos de monitorización fácilmente, presenta una amplia disponibilidad y es la técnica de imagen estrella para el diagnóstico de hemorragias y fracturas. La RMN craneal es lenta, de difícil monitorización y aporta peor imagen de hueso y hemorragia por lo que no está indicada como primera prueba diagnóstica.
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