El método diagnóstico elegido es el TC craneal, por ser el más rápido y más adecuado en pacientes inestables o poco colaboradores. Con el TAC podemos descartar algunas patologías muy importantes y prevalentes como: hemorragias, ictus, hematomas y fracturas, además de tumores. Es cierto que la RM tiene más sensibilidad para detectar lesiones en el parénquima, pero es mucho más lenta y representa un mayor gasto de recursos económicos, por eso la reservamos como estudio complementario al TC.
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