Diagnóstico final: Infarto cerebral subagudo
DISCUSIÓN DEL CASO:
La causa subyacente en la mayor parte de los infartos cerebrales es la tromboembolia relacionada con ateroesclerosis.
Hoy en día, la mayor parte de los pacientes en los que se sospecha un infarto cerebral se estudia con TAC en el momento agudo; aunque sabemos que los infartos se demuestran más precozmente y son más obvios en las imágenes de RM. Esto es así porque los clínicos están interesados en saber si el ictus se debe a algo distinto de un infarto, como podría ser una hemorragia intracraneal, ya que en estos casos los fármacos trombolíticos estarían contraindicados. De esta forma, un estudio de TAC puede responder a ambas preguntas de forma rápida. Aun así, cuando hay sospechas infundadas de infarto cerebral en los cuales el TAC deja lugar a dudas se realiza una resonancia magnética, ya que esta prueba es mucho más sensible para detectar infartos agudos.
Por otro lado, las imágenes de Resonancia Magnética convencionales no son capaces de detectar un ACV agudo (caracterizado por hiperintensidad en T2) por aproximadamente ocho horas en el mejor de los casos. Por lo tanto, en las primeras ocho horas después de la instalación de un déficit neurológico agudo, las imágenes por difusión son muy útiles para determinar si el paciente tuvo o no un infarto.
Un estudio combinado de TAC/ACT o de RM/ARM pueden proporcionar un diagnóstico positivo por la imagen del infarto cerebral, revelar la extensión y localización de la oclusión vascular, mostrar el volumen y severidad del tejido isquémico, predecir en tamaño final del infarto y el pronóstico clínico. En el caso de la resonancia magnética, mediante esta también se puede identificar tejido poco perfundido, con riesgo potencial de infarto.
Se puede hacer también ecografía y arteriografía cerebral en casos de ictus o accidentes isquémicos transitorios para identificar estenosis vasculares u colusiones. Estos estudios suelen reservarse para pacientes que pueden ser candidatos a cirugía de endarterectomía carotídea.
También se han utilizado estudios funcionales (SPECT y PET) en pacientes con síntomas de ictus para identificar las regiones del cerebro que pueden tener riesgo de infarto. Estos estudios no tienen una amplia disponibilidad, por lo que no entran en el algoritmo diagnóstico por imagen en la mayor parte de los pacientes con ictus.