La ecografía es el método de elección en este caso puesto que se trata de una técnica rápida y sencilla de hacer, además no supone un gasto económico muy elevado y es relativamente no invasiva para el paciente (no emite radiación ionizante). La ecografía nos permitirá valorar cualquier alteración estructural y, además, si le añadimos el efecto Doppler a la prueba veremos cualquier variación en el flujo vascular.
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