El protocolo de atención de urgencias dispone de la radiografía de tórax como la prueba de primera línea de elección porque nos permite detectar los cuadros agudos y subagudos que requieren intervención inmediata si se manifiestan morfológicamente, como los derrames pericárdicos, neumotórax, disecciones aórticas, y también permite identificar alteraciones que tienen patrones concretos, como masas que no deberían estar, aumento del índice cardiotorácico, aumento de timo. Con la ventaja, que a pesar de basarse en la radiación ionizante equivale a solo tres días de radiación de fondo natural. Aporta información morfológica, topográfica y de extensión. La radiografía de tórax debe realizarse como exploración inicial.
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Se realiza una radiografía de tórax con dos proyecciones y se recibe la siguiente imagen: ¿Qué hallazgos patológicos o normales pueden reconocerse?