En el caso de pacientes que presenten dolor abdominal sin clara sospecha de patología que indique otro tipo de estudio, la primera prueba a realizar es la ecografía abdominal, quedando esto justificado por la inocuidad, disponibilidad y precio de la prueba, y por la sensibilidad demostrada (1).

La realización de radiografía simple abdominal y/o torácica en caso de dolor abdominal queda relegada a casos en los que se sospeche de una obstrucción intestinal o complicaciones de perforación y neumoperitoneo asociado.

En el pasado, el estudio contrastado del colon por enema opaco era el primero en ser solicitado para la evaluación de los pacientes con sospecha de diverticulitis, pero presenta como principales inconvenientes el precisar de una limpieza intestinal previa y provocar hipertensión endoluminal en un paciente con diagnóstico presuntivo de inflamación intestinal eventualmente perforativa.(2)

Actualmente la Tomografía Computarizada (en adelante TC) ha tenido gran impacto en la evaluación de los pacientes con abdomen agudo, sin embargo no desplaza la prioridad que tiene realizar ecografía abdominal en caso de sospecha de diverticulitis aguda.