La prueba de elección sería la ecografía, por varias razones: es una prueba de bajo coste, rápida, que no irradia al paciente y nos permite ver gran cantidad de características para el control de la cirrosis, a saber, el contorno del hígado, su tamaño y heterogeneidad y la presencia de nódulos. En la cirrosis hepática, la hipertensión portal hace que aumente el flujo en la arteria hepática, en aras de compensar la disminución del portal. El diámetro de la porta y de la arteria hepática estarán, por tanto, aumentados. Así, el Doppler nos permitirá saber su diámetro y detectar el aumento de flujo en la arteria hepática y saber si es hepatópeto o hepatófugo.
Se le hace la ecografía abdominal, en la que se halla la siguiente lesión incidentalmente en la pelvis:
Haz click
en las imágenes para verlas ampliadas
|