Las técnicas de imagen son muy importantes para el diagnóstico y clasificación de los tumores renales. Las técnicas de imagen más frecuentes son la ecografía con contraste, la TC, y la RMN, pues nos permiten distinguir entre masa sólida o quística; y en caso de ser sólida podremos determinar si hay o no realce con el contraste, siendo esto último diagnóstico de malignidad. En resumen, la técnica de elección para el diagnóstico de una neoplasia renal maligna será la TC, ya que aporta más información que la ecografía con contraste (permite ver afectación en las estructuras cercanas al tumor, incluidos los ganglios linfáticos) y por su mayor rapidez y disponibilidad que la RMN.

En este paciente en concreto se puede utilizar como primera elección la TC, ya que no refiere alergia al contraste yodado (como AMC se menciona: barbitúricos y pirazolonas).