Comentario: Esta fractura se corresponde con el tipo VI, pues se trata de una fractura de la meseta tibial con disociación de la metáfisis de la diáfisis.
DIAGNÓSTICO FINAL: Fractura tibial izquierda y del peroné.
Comentario: La fractura de meseta tibial es una fractura de hueso en la parte próxima a la tibia afectando la articulación de la rodilla, la estabilidad y el movimiento. La fractura implica ya sea una interrupción cortical, depresión o desplazamiento de las superficies articulares de la tibia proximal pero sin implicar una lesión a la cápsula o a los ligamentos de la rodilla. Pueden ser de baja energía, que suelen ser deprimidas, comunes en mujeres mayores, y de alta energía, comunes en jóvenes que sufren accidentes de tráfico, caídas y lesiones relacionadas con los deportes.
Elegimos realizar una radiografía en primer lugar porque es suficiente para establecer un diagnóstico que confirme nuestra sospecha de fractura. Con esta prueba es suficiente, pero realizamos una tomografía computarizada para abordaje terapéutico, pues con ella comprobaremos la extensión de la fractura y sobre todo, detectaremos otras lesiones que pasan desapercibidas con la radiografía.
La clasificación de Schatzker para fracturas de meseta tibial es útil a la hora de decidir una conducta quirúrgica definitiva. En este caso, el tratamiento es quirúrgico. Se realiza una reducción percutánea más osteosíntesis transitoria con clavijas bajo control radioscópico y mediante la técnica MIPO, se colocan placas con tornillos por un abordaje mínimo por vía percutánea para restablecer ejes mecánicos y conseguir estabilidad.