El hecho de observar lesiones hipodensas en hígado, nos hace sospechar de metástasis procedente de un tumor de páncreas.
DIAGNÓSTICO FINAL: CANCER DE PÁNCREAS CON METÁSTASIS HEPÁTICAS
La masa del páncreas es hipodensa y hay que diferenciarla de un pseudoquiste residual a una pancreatitis aguda. Pero el diagnóstico final será de tumor, debido a la presencia de las lesiones hepáticas focales que sugieren metástasis.
COMENTARIO
En relación con la clínica que presenta la paciente (disnea), la primera prueba a realizar es la radiografía de tórax. En esta, se observa un aplanamiento del hemidiafragma derecho y pinzamiento del seno costofrénico derecho.
Como la radiografía se realizó en AP porque fue con portátil, es necesaria la realización de otra prueba diagnóstica para completar el estudio clínico. Por ello, se le realiza un TC de tórax, donde hallamos un derrame pleural derecho y atelectasia pasiva parcial del LID, pero, además, de forma incidental encontramos en los cortes de abdomen una serie de hallazgos significativos: masa en cabeza-cuerpo del páncreas y lesiones hipodensas en hígado, que son sospechosas de patología neoplásica, por lo que hay que realizar más pruebas complementarias.
En este caso, la prueba diagnóstica de elección sería un TC abdomino-pélvico con contraste oral e intravenoso. El contraste puede tener utilidad para analizar la vascularización de la neoplasia o las lesiones necróticas. Además, un informe del Radiology Diagnostic Oncology Group, concluyó que la TC tiene más utilidad diagnóstica en el adenocarcinoma pancreático que la RM, por lo que la TC se recomienda como método de imagen inicial. No obstante, como el aspecto de los adenocarcionomas con TC puede ser variable, se realiza contraste intravenoso, ya que los valores de atenuación del tumor pueden ser similares a los del parénquima normal. Así, serán hipodensos con respecto al parénquima pancreático sano.
En el TC abdomino-pélvico con contraste oral e intravenoso, hallamos, en relación al tórax, un moderado derrame pleural derecho de hasta 4 cm de grosor y atelactasia pasiva parcial del LID, sin observar otras consolidaciones pulmonares ni claros nódulos. Tampoco se aprecian adenopatías mediastínicas, hiliares ni axilares de tamaño significativo. Con respecto al abdomen, se observa una masa hipodensa en cabeza-cuerpo del páncreas, que condiciona dilatación del conducto de Wirsung y atrofia de la cola compatible con neoplasia (probable adenocarcinoma); en el hígado, se observan a lo largo de los cortes múltiples lesiones hipodensas mal definidas que son compatibles con metástasis. Así mismo, hallamos múltiples nódulos peritoneales compatibles con implantes tumorales asociados a ascitis de predominio supramesocólico, que son compatibles con datos de carcinomatosis peritoneal. Adicionalmente, se aprecia un nódulo excéntrico en el polo superior del riñón derecho.
El diagnóstico diferencial consiste en determinar si se trata de un tumor pancreático o una pancreatitis aguda, pero la dilatación del Wirsung es indicativa de carcinoma. Por otro lado, la masa del páncreas es hipodensa, por lo que habría que diferenciarla de un pseudoquiste residual a una pancreatitis aguda. Sin embargo, dado que existen múltiples lesiones focales hepáticas y mal definidas que sugieren metástasis, el diagnóstico principal será de tumor.
El cáncer de páncreas presenta signos y síntomas múltiples e inespecíficos. Sin embargo, los hallazgos más frecuentes tanto en cabeza, como en cuerpo y cola, son la pérdida de peso y el dolor, destacando como signo distintivo la aparición de ictericia en pacientes con tumor en la cabeza del páncreas, lo que resulta menos habitual en cuerpo y cola. Entre los factores de riesgo para desarrollar cáncer de páncreas, destacan la diabetes y el tabaquismo.
Concluyo añadiendo que, el cáncer de páncreas, suele estar diseminado en el momento de su diagnóstico, como ocurre en este caso.