Diagnóstico final: Carcinoma laríngeo
Comentario
La ecografía es la prueba de elección de primera línea ante cualquier masa cervical. En parte porque irradiaremos poco al paciente y se realiza rápidamente. El inconveniente es que es operador-dependiente. La masa tiene una estructura heterogénea con áreas hipoecógenas en un fondo de mayor hiperecogenicidad y otros focos marcadamente ecogénicos, uno al menos con sombra acústica.
Puesto que la ecografía no permite filiar el origen exacto de la lesión y es necesario valorar además la extensión local y la probable diseminación de la lesión, la TC del cuello es una prueba accesible y rápida que puede valorarlo correctamente.Se puede observar una masa hipodensa con realce periférico heterogéneo que afecta al cartílago tiroides que no se observa en la línea media ni su ala derecha.
La incidencia del cáncer de laringe tiene un rango desde 2,5-17.2 por 100.000 personas al año y representa aproximadamente el 3% de los cánceres diagnosticados anualmente en todo el mundo. El 90% se deben a las células escamosas del carcinoma. Asimismo, tendremos como clínica inicial, una masa en el cuello, disfagia, hemoptisis, y ronquera.
En primer lugar, se realizará el diagnóstico final mediante una endoscopia, donde el tumor se podrá ver directamente, valoraremos la mucosa y la extensión del tumor a la movilidad de las cuerdas vocales. Por ello, será interesante realizar otras pruebas de imagen que nos permitan valorar la extensión horizontal y la invasión de submucosa u otras estructuras. O realizar una biopsia y comprobarlo mediante anatomía patológica. Sin embargo; se puede utilizar el diagnóstico por imagen para una aproximación inicial y para realizar un estadiaje o un seguimiento de la neoplasia. Las pruebas utilizadas en estos casos pueden ser el TAC o la RM. En las imágenes, se deberá valorar el tamaño del tumor, la relación con el complejo ventricular; es decir, si afecta a la glotis, subglotis o epiglotis. Se debe valorar también si afecta a los espacios mucosos o submucosos (aquí es donde ganan puntos las técnicas radiológicas por encima de la endoscopia). Otro punto para valorar es la invasión cartilaginosa, pues la invasión se considera un factor de pronóstico bastante negativo. Además, podremos valorar los diferentes nódulos o metástasis. Con todo esto podremos decidir el mejor tratamiento, y si será necesaria una laringectomía o no.
Con respecto al tratamiento con radioterapia nos va a permitir conocer la evolución que el paciente está llevando a cabo. Por ejemplo, será esperable encontrar edema con engrosamiento de la epiglotis, pliegues ariepigloticos, aritenoides y en la comisura anterior. Además de que podremos valorar la condroradionecrosis que suele aparecer tras un año de radioterapia. Se debe suspender el tratamiento si se demuestra una reducción inferior al 50% en 4 meses.