La ecografía mamaria es el método de imagen que más se emplea en el estudio de la patología mamaria, después de la mamografía, pudiéndose emplear de forma aislada (técnica de elección para el estudio de masas palpables en pacientes menores de 30 años) o como complemento de la mamografía. La utilización de ambas técnicas de forma conjunta mejora la precisión diagnóstica.

Además, en los últimos años, la ecografía mamaria ha cobrado un papel muy importante en la valoración axilar, permitiendo la identificación de ganglios sospechosos por su aspecto o su confirmación histológica mediante biopsia percutánea con guía ecográfica.