DIAGNÓSTICO FINAL: Mastopatía fibroquística.
Comentario:
En un principio, podríamos pensar que se trata de un fibroadenoma, por ser el proceso tumoral benigno más frecuente en mujeres menores de 40 años y que presentan un nódulo palpable y móvil. Además, en la mamografía los fibroadenomas presentan la misma densidad radiológica que un nódulo quístico, observándose con las mismas características: nódulo denso/isodenso, redondeado, ovalado o polilobulado, de bordes bien delimitados, que en ocasiones presentan macrocalcificaciones en palomitas de maíz. En este caso, al tener las mamas un patrón de densidad tipo D podría pasar desapercibido o presentar bordes parcialmente ocultos.
Al realizar la ecografía mamaria y axilar bilateral, se descarta que sea un fibroadenoma, ya que lo que se visualiza son nódulos anecoicos, de bordes regulares y bien delimitados, con refuerzo acústico posterior, característico de los quistes simples.
Asimismo, se excluye el diagnóstico de absceso mamario, por ser este proceso muy frecuente durante la lactancia, teniendo como factores de riesgo la diabetes, VIH, consumo de corticoides e intervenciones quirúrgicas recientes; ninguno de los cuales era presentado por la paciente. Del mismo modo, en la mamografía no se observan masas mal definidas o áreas de aumento de densidad focal con distorsión de la arquitectura.
El carcinoma ductal infiltrante queda descartado desde el primer momento, pues los hallazgos mamográficos no se corresponden con este proceso patológico, que se caracteriza por la presencia de un nódulo de alta densidad, de contornos mal definidos y espiculados, que puede asociar microcalcificaciones. A veces también engrosamiento cutáneo, retracción cutánea y/o del pezón, adenopatías axilares…; características de las que carecía la paciente.
Por lo tanto, el diagnóstico definitivo de la paciente es mastopatía fibroquística, que se trata de una afectación benigna caracterizada por una proliferación disarmónica de los componentes del estroma y del parénquima que pueden resultar en la formación de quistes siempre benignos, siendo un trastorno que afecta aproximadamente un 60% de las mujeres entre los 30 y los 50 años.
Atendiendo al diámetro máximo de los quistes observados en ecografía, se pueden diferenciar tres tipos de MFQ:
-Tipo I (de pequeñas formaciones): tumoraciones quísticas de diámetro <0,5cm
-Tipo II ( de medianas formaciones): diámetro entre 0,5-2 cm
-Tipo III ( de grandes formaciones): diámetro >2 cm
En cuanto a su tratamiento, al tratarse de quistes simples y dolorosos en este caso, se realiza un drenaje PAAF ecoguiado. La punción aspiración con aguja fina es una técnica que nos permite el drenaje del quiste a través de la aguja, y ocasionalmente, ya que su utilidad es discutible, se continúa con la realización de una mamografía tras la inyección de una cantidad de aire, técnica llamada neumoquistografía. Esta última técnica mencionada parece que disminuye la recurrencia y puede ayudarnos a identificar polos sólidos que habían pasado desapercibidos. No es necesario el análisis citológico del líquido extraído, aunque puede ser útil si hay lesión palpable aún apreciable después del drenaje del quiste. Por el contrario, si éstos fueran asintomáticos, no se procedería a realizar ningún tratamiento activo.