Al observar las dos imágenes con los resultados del Eco-Doppler, podemos destacar trombosis de vena femoral derecha, por lo que para evitar futuros problemas trombóticos, se puso un filtro de vena cava inferior al paciente, para evitar que vuelva a trombosarse el circuito pulmonar.
Diagnóstico final: Tromboembolismo pulmonar con origen en trombosis venosa femoral
Comentario:
En estas situaciones, dado su carácter súbito y agudo, así como la gravedad de la situación, podemos prescindir inicialmente de la radiografía de tórax y pasar directamente a Angio-TC, dado que las posibles causas son potencialmente mortales. Esta prueba es un estudio mínimamente invasivo que estudia las arterias, las venas y otros vasos sanguíneos de una parte del cuerpo mediante la inyección de contraste.
La respuesta está bastante clara al observar el Angio-TC. Podemos observar los émbolos como estructuras anómalas de menor densidad que los vasos, que se hallan obstruyendo las arterias pulmonares en su luz, siendo esta pues la causa del dolor torácico que refiere el paciente.
En los casos de émbolos de pulmón, siempre debemos de buscar su origen en los miembros inferiores, siendo Eco-Doppler una técnica fundamental para el estudio de estos. Con ella, podemos observar el flujo sanguíneo, pudiendo determinar así qué vaso es el que está trombosado y es, por lo tanto, origen del émbolo pulmonar.
El filtro de vena cava es un aparato de filtración que se utiliza en aquellos pacientes que, como la de este caso, tienen historia o riesgo de desarrollar trombosis venosa profunda o coágulos en las piernas, para intentar evitar que se cree un émbolo que llegue al corazón o a los pulmones.
Cuando tratamos con un caso de esta índole, con el paciente refiriendo un gran dolor agudo torácico, las opciones que tenemos son tres: Aneurisma disecante de Aorta, un infarto y Tromboembolismo pulmonar. Son las 3 situaciones en las que debemos de pensar inmediatamente.
El tromboembolismo pulmonar es el enclavamiento de diverso material, habitualmente coágulos sanguíneos procedentes del sistema venoso, en el árbol arterial pulmonar. Por tanto, está estrechamente ligado a la trombosis venosa profunda (TVP), estimándose que aproximadamente el 10% de éstas producirán un tromboembolismo pulmonar (TEP). Además, la mayor parte de los émbolos (95%) corresponden a coágulos sanguíneos procedentes del sistema venoso profundo de la extremidades inferiores, siendo los de territorios venosos proximales (ilíacas, femorales y poplíteas) los que con más frecuencia producen TEP clínicamente significativos. En esta patología, es de gran importancia el diagnóstico precoz para poder abordarla correctamente.
Entre los factores de riesgo de la enfermedad se encuentran cirugías, embarazo y parto, medicamentos hormonales, diferentes afecciones médicas, no moverse por mucho tiempo, envejecimiento, historia familiar y genética, obesidad, etc.
La prueba principal para el diagnóstico en TEP, como dijimos, es el Angio-TC. Sin embargo, otras pruebas que también podrían resultar de gran utilidad serían el electrocardiograma o la analítica. En el electrocardiograma podemos observar desde desviaciones del eje hasta hipertrofia de ventrículo derecho. En la analítica destaca el dímero-D, el cual no tiene mucha especificidad pues aparece en muchas más patologías, pero concentraciones menores de 500 ng/ml presentan alta sensibilidad para descartar TEP. Dentro de la analítica, la gasometría arterial y el líquido pleural también son buenos marcadores: en gasometría arterial destacaría la hipoxemia y la hipocapnia; mientras que en el líquido suele ser un exudado serohemático y, en ocasiones, totalmente hemorrágico. Si es hemorrágico tiene valor diagnóstico, pues no hay muchas patologías que provoquen este tipo de derrame. En cuanto a la gasometría, destacar que una gasometría normal no descarta TEP.
Por otro lado, para detectar el origen del émbolo, la más adecuada es la Eco-Doppler, pero en ocasiones puede llegar a emplearse también la flebografía, una técnica más invasiva que permite visualizar las venas de las extremidades inferiores, pelvis y vena cava inferior, pudiendo demostrar defectos de replección u obstrucción vascular. El problema de esta técnica es que es dolorosa, además de producir reacciones locales o sistémicas, y también según el observador hay diferencias de interpretación. Por todo esto, se ha desplazado a favor de la Eco-Doppler, aunque sí que se sigue usando en casos de sospecha de TVP distales a la vena poplítea, o para la visualización de la cava. También, antes de la Eco-Doppler se utilizaban otras técnicas, como la pletismografía de impedancia, sujeta a muchas situaciones que producen falsos positivos.